En defensa de la biomasa
La Comunidad de Madrid, como otras muchas regiones avanzadas a escala mundial, apoya el uso de las energías renovables, entre ellas la biomasa. EL PAÍS reflejó dicha política en una información a finales del mes pasado, centrándose en la conseguida mediante la combustión de huesos de aceituna, a lo que un profesor de instalaciones de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) se mostró en contra mediante carta en esta misma sección del diario.
Conviene por ello precisar que la biomasa es la mayor fuente de energía renovable utilizada en el mundo hoy en día y representa más de 1,11 miles de millones de toneladas equivalentes de petróleo (tep). Actualmente es obtenida de los sectores forestal y agrícola como un producto residual de cultivos específicos. Los beneficios medioambientales, según se puede observar en publicaciones de la Agencia Internacional de la Energía (www.iea.org), son muchos, pero cabe destacar la reducción de la presión de consumo sobre recursos naturales finitos, la disminución de desechos en vertederos, la protección de acuíferos subterráneos y la menor salinidad y erosión del terreno, el mantenimiento de las zonas madereras en un buen estado para su reforestación y la reducción de los gases de efecto invernadero a través de la sustitución de los combustibles fósiles.
Queda claro que el uso de residuos para la producción de energía puede, sin duda, contribuir de una forma apreciable al desarrollo sostenible, ayudando a alcanzar los objetivos marcados en el Protocolo de Kioto, habiendo así instado la OCDE a los Gobiernos europeos a modificar sus políticas para promover el desarrollo de la biomasa.
En 2003, en la UE el consumo de biomasa alcanzó los 43 Mtep, con un crecimiento del 6,1% respecto a 2002, lejos de los objetivos establecidos para 2010 por la propia Comisión en su Libro Blanco. Más allá de los usos domésticos, en hospitales, escuelas, y lugares públicos de distintos puntos de Europa se conocen bien los beneficios de las calderas industriales de biomasa. En España, el nuevo Plan Estatal de Energías Renovables 2005-2010 establece un objetivo de incremento del consumo primario de biomasa del 48%.
Hay muchos más, pero los comentados son datos importantes para seguir potenciando dicha fuente de energía, aunque a algunos les parezca simplemente anecdótico que se produzca también con huesos de aceituna. Cabe destacar finalmente que buena parte de la producción de este residuo se está exportando desde España a otros países de Europa; alguna razón habrá.
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