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El Puerta de Hierro tiene pacientes en el pasillo de urgencias por falta de camas

El hospital traslada a una enferma a un centro sanitario a 47 kilómetrosAlgunos pacientes estuvieron hasta 18 horas esperando una cama en el Puerta de Hierro

Jesús Sérvulo González

El hospital Puerta de Hierro de Madrid, en Moncloa, vivió ayer una jornada de colapso. Unos 10 pacientes de urgencias del hospital tuvieron que ser colocados en camillas en los pasillos porque el centro se había quedado sin camas. Ascensión Lorente, de 76 años, permaneció en un sillón de la sala de espera del Puerta de Hierro durante toda la noche aguardando una cama libre para ser ingresada. Después de casi 24 horas, Ascensión, que padece una enfermedad pulmonar, fue trasladada a otro centro en Guadarrama, a casi 40 kilómetros de su casa, en Villanueva del Pardillo, y a 47 kilómetros de la Puerta del Sol.

Como Ascensión pasaron la noche otros 10 enfermos, casi todos de edad avanzada, alojados en duras camillas e incómodas sillas de ruedas, repartidos por los pasillos del hospital. "Había gente con respiradores, otros tenían el gotero puesto, incluso había uno al que le hacían una transfusión de sangre", asegura la hija de Asunción.El hospital resta importancia a estas esperas en los pasillos. "Es cierto que hay mucho ajetreo estos días, pero nada fuera de lo normal. Casi todos tienen cama", explican. Pero también reconocen que los boxes -pequeñas salas separadas con cortinas y con camas de hospitalización- están llenos y hay pacientes en los pasillos.

Según fuentes de urgencias del hospital, el Puerta de Hierro, uno de los centros sanitarios líderes en trasplantes cardiacos en España, cuenta con 19 camillas preparadas para casos como éstos. "Lo normal es que ningún paciente pase más de 18 horas en esta situación". No obstante, reconocen que no siempre hay camas para todos los enfermos que llegan por la tarde porque ya están ocupadas y tienen que esperar hasta que quede alguna libre al día siguiente. "Si vemos que van a pasar ingresados más de 24 horas se pide su hospitalización", asegura un doctor del centro.

Asunción es la hija de Ascensión, una de las enfermas afectadas, y denuncia amargamente las condiciones de los enfermos. "Por la mañana, se los han llevado, los han lavado, puesto un pijama y los han devuelto al pasillo", explica. Los enfermos tienen que utilizar los mismo aseos que la gente que está esperando, continúa.

Turnos para desplazarse

Además, protesta por el traslado de su madre a un hospital de Guadarrama. Ella no tiene coche y vive a unos 50 kilómetros de donde están atendiendo a su madre. Ahora se tiene que poner de acuerdo con su hermana y su cuñado para hacer turnos con el fin de desplazarse al hospital de la sierra. Asunción dice que se ha quejado a algunos médicos y que le han respondido que no pueden hacer nada. "No es culpa de ellos, es culpa de la Administración", justifica.

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Ayer por la mañana había enfermos pendientes de hospitalización, según confirmó un facultativo del Puerta de Hierro. "Pero es lo normal en urgencias. Tenemos hospitales de apoyo". Por eso, ayer por la mañana se trasladó a tres pacientes. "Lo normal", explica el médico, "es que se produzcan entre dos y seis traslados al día". Estos cambios de hospital pueden ser porque la especialidad médica que precisa el paciente no pueda ser atendida o por un exceso de enfermos.

Casi todos los pacientes de urgencias del hospital Puerta de Hierro pasaron la noche en vela. "Sin sábanas, ni una sola almohada", dice Asunción.

"Sobre las dos de la mañana, tuvieron que apagar la luz de los pasillos para que los enfermos pudieran dormir, pero era difícil", relata el familiar de un paciente que llevaba más de 12 horas tumbado en una camilla. "Trajimos a mi cuñado a las siete de la tarde y todavía [18 horas más tarde] estamos esperando que lo atiendan. Tiene piedras en la vesícula", apunta.

Otro de los enfermos, Julio, de 62 años, padece cáncer y pasó toda la noche sobre una camilla en uno de los pasillos. "Menos mal que el servicio médico es bueno", se consuela su mujer. Julio ingresó en urgencias sobre las siete de la tarde y 19 horas más tarde permanecía allí. "Nos han dicho que no hay camas", cuenta su mujer, "y está tumbado en una camilla muy incómoda".

La misma situación vivió Florentino, de 80 años, que padece una enfermedad pulmonar. "Ha pasado la noche en el pasillo con el respirador de oxígeno", asegura su esposa.

Ayer por la tarde, la situación parecía aliviarse. Por la mañana se había dado el alta a algunos pacientes y después de limpiar y preparar las habitaciones otros enfermos fueron ocupando las camas libres.

Los servicios de urgencias del hospital de La Paz de Madrid también vivieron ayer su particular colapso. Concha del Corral, de 64 años y con una enfermedad pulmonar, ha permanecido durante más de 48 horas en una camilla en los pasillos de urgencia. Ayer, explica su hija, María Antonia, fue trasladada a una pequeña sala en una camilla. "Tuvimos que ir a casa a por los medicamentos, porque el hospital no nos los proporcionaba", asegura.

"Hay más enfermos en esta situación. No es un caso aislado", añade. Desde La Paz afirman que se trata de "una situación normal", algunos enfermos son atendidos en los pasillos mientras queda libre una cama.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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