La muerte, probablemente
A veces, los papeles promocionales nos sorprenden con impensables aciertos, como el que figura en la sinopsis de esta El tiempo que queda: "Romain, un joven fotógrafo de 30 años, de repente se entera de que sólo le quedan unos pocos meses de vida". Así, sin una palabra más. Y es que eso es El tiempo que queda: esos meses que median entre la transmisión de una noticia siniestra ("tiene usted una metástasis avanzada") y la plácida, solitaria muerte, uno de los momentos más reposadamente bellos del cine del prolífico François Ozon.
Por tanto, el director juega siempre sin tapujos: nada oculta al respetable, y el espectador asiste, con el alma encogida a esos momentos finales de Romain (el notable Melvin Poupaud). Nada nos ahorra Ozon, ni los malos humores de su protagonista (en ocasiones, el filme resulta árido respecto a su principal criatura, a la que no obstante el narrador respeta y casi admira), ni sus renuncias ni, en una pirueta insólita, su peculiar herencia.
EL TIEMPO QUE QUEDA
Dirección: François Ozon. Intérpretes: Melvil Poupaud, Jeanne Moreau, Valeria Bruni-Tedeschi, Daniel Duval, Marie Rivière. Género: drama. Francia, 2005. Duración: 90 minutos.
Ozon, uno de los cineastas que más se han ocupado, en el cine francés contemporáneo, de explicar el deseo se aplica a contar con contención una historia hecha de silencios y de pequeñas heroicidades. Es un filme que destaca por su inteligencia, por la sensibilidad con que muestra lo directamente no mostrable por el cine, la verdad inapelable de la muerte; y con la sana intención de no provocar la lágrima fácil ni la adhesión sin tapujos. Es tierna cuanto le toca, pero también duele, y no poco; es un filme extrañamente humilde viniendo de quien viene.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.