Ibiza tramita duplicar su oferta con tres nuevos puertos privados
El PP, que gobierna con mayoría absoluta en el Consell de Ibiza y Formentera, con competencias plenas sobre urbanismo, avala la aprobación de tres nuevos proyectos de puertos deportivos privados, lo que supondrá casi duplicar la oferta de amarres para yates y lanchas. En la actualidad hay unos 2.800 plazas en cinco instalaciones y en los planes previstos se contemplan crear 2.100 más. Otros tres proyectos más están ya en trámite, según informó el pasado viernes el Consell.
"Es una aberración, por la masificación que implica, y una amenaza directa desde el punto de vista medioambiental", aseguró la portavoz del grupo ecologista GEN, Neus Prats, que lamenta "la falta de consideración sobre el tamaño minúsculo de una isla, con el litoral muy deteriorado".
Una de las iniciativas de construcción se lanzó, sin lograr luz verde, hace 20 años. Un amarre para barcos de 30 metros de eslora se vende por 1,2 millones en Marina Botafoch de Ibiza; en Santa Eulàlia se oferta otro por 144.000 euros para yates de 12 metros.
Tres proyectos han sido avalados en el consejo ejecutivo, de acuerdo con el plan territorial y la ley de puertos: el de Es Viver, cerca de Ibiza y de la reserva natural de Ses Salines, que con cerca de 900 amarres será el mayor de Ibiza; el de Punta Xinxó y la ampliación hasta duplicar el club náutico de Sant Antoni. Además se han presentado tres nuevos planes para Port d'Es Torrent, Punta Pinet y Ses Variades de Sant Antoni.
Las versiones favorables al desarrollo de los nuevos puertos las ofrece el PP en sus alegatos, donde se considera que los puertos privados serán "un complemento idóneo para la oferta existente, resultando un incentivo a los planes de modernización del turismo", y además son respetuosos con el medio ambiente. La portavoz de la oposición Pilar Costa rechaza el desarrollismo que se impone.
El puerto deportivo de Es Viver, cercano a Ibiza y al parque de Ses Salines, fue lanzado días atrás por dos grupos empresariales hoteleros de las dos familias Matutes, Matursa y Fiesta Hotels. En el desarrollo del litoral, que cuenta con el apoyo previo de las firmas de 7.000 personas, se prepara la creación de una marina en seco, un astillero de apoyo, que se plantea como una medida para paliar la estacionalidad.
La isla de Formentera será una de las zonas directamente afectadas sin albergar un puerto nuevo. Los proteccionistas recelan de la más que probable ampliación de amarres en la vecina Ibiza porque la mayoría de las embarcaciones son asiduas de sus costas, con playas vírgenes y protegidas, ya masificadas en muchos días del verano.
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