Metrònom expone los lugares sagrados de Claudia Terstappen
La artista alemana indaga en la estética de la práctica de la religión
"Practicar una religión da estabilidad a la vida humana, porque explica el mundo por encima de lo racional. Creer en una entidad superior acaba con el terror a lo desconocido". Lo afirma la artista alemana Claudia Terstappen, que presenta en la Sala Metrònom (Fusina, 9; Barcelona), hasta el 31 de enero, la exposición Lugares de culto, centrada en las formas y los rituales empleados por las diversas culturas para expresar sus creencias.
La pieza central de la exhibición es una instalación formada por ocho enormes fotografías: cuatro reproducen lugares sagrados de Australia, y otras tantas, capillas de la Cruz del Romero de Andalucía. Los exuberantes parajes de la selva australiana, que los aborígenes consideran altares naturales, se enfrentan desde la pared a los excesos decorativos de las hornacinas efímeras construidas para las romerías andaluzas. En ambos casos, los colores deslumbran y sorprenden por su impacto visual, a pesar de no haber sido sometidos a ninguna manipulación digital. "Desde hace mucho me interesa la idea de la fe, así como el análisis de lo que significa creer y en qué medida la gente gana fuerza por creer en algo", explica la artista, que durante muchos años ha cultivado el escepticismo abordando temas espinosos como la obsolescencia del conocimiento científico y la evolución de la superstición en las sociedades contemporáneas. Heredera de la tradición de la fotografía objetiva alemana, Claudia Terstappen (Arnsberg, 1959) da un paso más en el tema de la representación, introduciendo lo que no se ve, es decir, la interpretación de la imagen.
La reflexión sobre la relación entre lo cotidiano y lo sagrado continúa en dos vídeos: uno retrata la Costa da Morte, en Galicia, y otro, realizado en colaboración con su compañero el zoólogo Greg Wallis, compone un diario visual de su larga estancia en la selva australiana, formado por pequeños detalles de la naturaleza que suelen pasar desapercibidos. La exhibición se completa con tres proyecciones, que introducen la idea del viaje como forma de experimentar el mundo y entrar en contacto con otras realidades. Un vídeo recoge fenómenos naturales desencadenados por los cuatro elementos (Fuego, agua, cielo y tierra), otro ilustra los rituales y códigos de la vida japonesa desde el ámbito más tecnológico hasta el más tradicional (Lugares de culto-Japón) y un documental reúne los viajes de la artista desde el año 1990.
Simultáneamente, en la sala Nil se presenta Refugios, una instalación site-specific de la artista gallega Carme Nogueira, que combina una estructura de cartón con impresión fotográfica y proyecciones. La pieza, que aborda el tema del desarrollo urbano, es el resultado de una acción que se llevó a cabo en el barrio del Born, en un solar vacío, habitualmente frecuentado por graffiteros y personas sin techo.
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