Prevenir más que informar

Lo de llevar a un ex drogodependiente a clase para que dé una charla ya no se lleva. "Eso era una mínima parte de la prevención, pero normalmente servía para abrir los ojos de los chavales al mundo de las drogas y que éstos vieran que se podía salir", señala Juan Francisco Orsi, uno de los responsables de los programas de prevención que la ONG Proyecto Hombre en varios colegios de toda España desde hace cinco años.

Los psicólogos y pedagogos de la organización explican que los programas de prevención no se sustentan en la información sobre la droga sino en las dificultades por las que pueden pasar los adolescentes . "La información se da y tiene que ser veraz", señala Orsi, "pero no es suficiente si no se atajan los factores de riesgo que puede experimentar el joven".

Orsi apunta alguno de ellos como la raíz del problema: la falta de autoestima, el fracaso escolar, la incapacidad para decidir libremente ante la presión del grupo.

Las actividades que los orientadores están realizando en los centros en los que Proyecto Hombre trabaja van encaminadas precisamente a proporcionar al adolescente las armas para combatir esos riesgos: una autoestima alta, capacidad de decidir por uno mismo, buena integración en el centro escolar...

Los expertos de Proyecto Hombre aseguran que en este tipo de programas es necesaria la colaboración directa del profesor y de los padres y que éstos no siempre se involucran demasiado en las actividades. "Hay de todo. A veces el profesor tiene mucho trabajo y no puede dedicarse por entero a los ejercicios que nosotros planteamos para las tutorías, pero en general tienen interés", señala una de las psicólogas que visitan los centros. "De todas formas, el mayor problema está en las familias. De 150 o 100 padres que podrían interesarse por los programas a veces vienen cinco o seis", explica .

Lo que está claro, según los expertos, es que las campañas del miedo a lo que te va a pasar no sirven para reducir el número de consumidores abusivos de cannabis.