Sos Cuétara compra la segunda aceitera italiana y consolida su liderazgo internacional en el sector
La adquisición, por 160 millones, permitirá a la española una fuerte penetración en EE UU
El Grupo Sos Cuétara ha cerrado la compra de la segunda aceitera italiana, la firma Carapelli, por un total de 160 millones de euros. Con esta operación, la empresa española, donde se integran las firmas Koipe y Carbonell y está dirigida por los hermanos Salazar, ha reforzado su posición de liderazgo en el mercado mundial del aceite de oliva con una facturación de unos mil millones de euros. Esta compra se suma a la adquisición la primavera pasada del también grupo italiano Minerva. Con esta ofensiva, la firma española logra una cuota de mercado de casi el 20% en Estados Unidos.
La empresa española Sos Cuétara lleva negociando la compra de la segunda aceitera italiana desde hace varios meses, según han reconocido fuentes de la entidad que, sin embargo, han rechazado hacer más comentarios sobre la operación. Carapelli tiene el liderazgo en el segmento de aceites vírgenes en Italia con una facturación de unos 250 millones de euros. La empresa, además de su país de origen, tiene una fuerte penetración en diferentes países comunitarios como el Reino Unido y, muy especialmente, es fuerte en Estados Unidos.
En este país ha realizado unas elevadas inversiones para conseguir un gran crecimiento de sus ventas. Se ha asociado a un grupo local de industria cárnica, con el que ha conseguido tejer una amplia red de distribución hasta alcanzar una cuota de mercado en el entorno del 7%, sólo en la venta minorista, sin tener en cuenta la comercialización en las cadenas de restauración. Con Minerva, también italiana adquirida por Sos Cuétara la pasada primavera, la cuota de mercado en Estados Unidos se eleva al 20%, siendo el primero en la venta minorista.
Carapelli estuvo en su día integrada en el Grupo Ferruzzi, al igual que la española Koipe Carbonell. En la actualidad era propiedad de una serie de fondos de inversión y de entidades financieras, lo que ha facilitado las negociaciones con la empresa española. La sociedad italiana estaba en venta desde hace unos meses. El Grupo Sos no ha sido la única empresa española que había entablado negociaciones con los responsables de la firma aceitera. Otros grupos aceiteros se habían interesado por la firma italiana.
El precio pagado por el grupo español se elevará a unos 160 millones de euros, de los que casi treinta provienen de las deudas que acarrea la sociedad.
Desde la compra en 2000 del Grupo Koipe Carbonell, los responsables del Grupo Sos, con su presidente Jesús Salazar a la cabeza, han desarrollado una estrategia de crecimiento, fundamentalmente en los sectores del aceite de oliva y el arroz, con el apoyo de diferentes cajas de ahorros. En el sector del aceite de oliva, la ofensiva ha estado centrada tanto en el mercado interior, donde mantiene el liderazgo con una cuota superior al 30%, como en el exterior. En su estrategia para crecer en otros países, Estados Unidos ha supuesto un objetivo prioritario por las importantes posibilidades de crecimiento que existen en ese país con una demanda en aumento, aunque la distribución minorista supone sólo unas 120.000 toneladas, sin contabilizar ventas en restauración.
Doble apuesta
Para las empresas aceiteras españolas, una de las principales dificultades para el acceso al mercado norteamericano era el control del mismo por grupos italianos y la vieja idea en los consumidores de asociar aceite de oliva como un producto italiano y no español. Frente a esta situación, las empresas españolas han seguido estrategias diferentes. Pompeya mantiene una línea de crecimiento permanente, paso a paso. Borges lo hace a través de la empresa Star, en su día propiedad de Koipe. Las cooperativas de Fedeoliva intentaron crecer tirando los precios y acabaron en quiebra en España.
Desde el Grupo Sos se desarrolló una doble estrategia. Por un lado, con la compra de empresas como American Rice, utilizando para el aceite sus redes de distribución ya existentes para el arroz. La segunda gran apuesta ha sido la compra de empresas italianas con presencia en Estados Unidos. En esa línea, la primavera pasada adquirió la empresa Minerva Oli, propiedad de varios fondos de inversión y de la familia Gasparini, con una facturación de unos 160 millones de euros, de los que más del 60% corresponden a ventas en Estados Unidos. Esa compra supuso para el grupo español un desembolso de 51 millones de euros.
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