Guipúzcoa abrirá en marzo el tramo de la A-8 afectado por el desprendimiento
Bidegi también achaca el desplome a la erosión de la roca
El tramo de la autopista A-8 que el pasado martes quedó completamente invadida por el desprendimiento de una ladera en Deba no volverá a la normalidad hasta mediados de marzo. Los operarios de la sociedad pública Bidegi, que gestiona esta carretera, necesitarán 70 días para estabilizar el talud, reforzar las zonas afectadas por el derrumbe y despejar la calzada para que los vehículos puedan volver a circular sin peligro.
Un estudio elaborado por la empresa Euroestudios, por encargo de Bidegi, concluye que los trabajos de reparación se prolongarán durante más de dos meses. Para restablecer la normalidad, la solución propuesta por los técnicos que han redactado el informe -un geólogo, un ingeniero de caminos y un ingeniero de minas- consiste en el "saneamiento y estabilización integral de la zona del talud afectada por el derrumbe" y el "refuerzo de las partes adyacentes" al desprendimiento "mediante la colocación de bulones" (tornillos incrustados en la roca para evitar su rotura). El informe no precisa el coste de estos trabajos.La versión oficial atribuye el derrumbe de la ladera a la "pérdida de fricción del plano", derivada de la erosión producida por el paso del tiempo -el desmonte se realizó hace 30 años-, unida a la "carga hidrostática" producida como consecuencia de la congelación del agua procedente de las lluvias registradas durante el mes anterior. Un fenómeno conocido técnicamente como gelifracción.
El desprendimiento provocó que toneladas de rocas y tierra sepultaran tres de los cuatro carriles de la autopista A-8 a su paso por Deba. Tres turismos y un camión-cisterna cargado con una sustancia química quedaron semienterrados bajo las piedras y sólo dos de los seis ocupantes implicados en el suceso tuvieron que ser atendidos de heridas leves.
La autopista permaneció cortada al tráfico durante 33 horas. Los vehículos comenzaron a circular por este punto el miércoles por la tarde tras habilitarse una calzada de dos carriles, uno en cada sentido, de 1,1 kilómetros de longitud. Un muro de hormigón situado en la mediana separa la parte donde continúan los trabajos de reparación del trecho abierto a la circulación. Por este tramo pasan a diario entre 40.000 y 50.000 vehículos.
Tres carriles en Irún
Por otro lado, Bidegi informó ayer de que los tres carriles de la A-8 entre Oiartzun y Ventas de Irún quedaron abiertos ayer en sentido a San Sebastián. Son algo más de cuatro kilómetros de una carretera que soporta una alta densidad de tráfico, principalmente de camiones que proceden de la frontera.
Los trabajos para construir los tres carriles en este tramo comenzaron en 2004 y, según la empresa pública que gestiona la A-8, la apertura de la calzada contraria (en dirección a Francia) se producirá antes de finalizar el año.
Al tiempo que la Diputación guipuzcoana dio por prácticamente concluidos los trabajos en este extremo de la A-8, inició la construcción de un tramo clave de la autovía del Urumea. Se trata de la conexión de los barrios de Amara y Martutene, que servirá de entrada a la capital guipuzcoana para todos los vehículos que procedan del corredor Andoain-Hernani-Astigarraga.
El tramo entrará en funcionamiento en el verano de 2007 tras una inversión de 21,6 millones euros. Tendrá una longitud de 1,4 kilómetros y se prevé que esté ejecutado en 20 meses a cargo de la UTE Tecsa-Galdiano. El objetivo de la obra es establecer un eje alternativo a la actual N-1, y su conexión con la A-15 (autovía de Navarra) y el futuro segundo cinturón de Donostialdea. La carretera partirá de Riberas de Loiola, en Amara, y discurrirá en paralelo a las vías de Renfe hasta alcanzar la glorieta de Martutene, actualmente en construcción. Contará con tres carriles, dos de salida de la ciudad y uno de entrada.
Por otra parte, los túneles de Aiurdin, en la autovía de Altube (N-622) que conecta Vitoria Bilbao y el Valle de Ayala, disponen de iluminación desde ayer por la tarde. La Diputación de Álava ha invertido medio millón de euros en mejorar el estado de los túneles. Para ello, el ente foral encargó la limpieza de ambas galerías, labor que no se llevaba a cabo desde su construcción, hace ahora 30 años. Durante las obras, el tráfico se ha desviado alternativamente por uno de los dos túneles.
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