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Los partidos exigen al presidente del Deutsche Bank que dimita

Ackermann, acusado de gestión desleal en el 'caso Mannesmann'

La próxima reedición del caso Mannesmann, en junio de 2006, lanzó ayer a políticos de casi todos los partidos alemanes a pedir la dimisión de presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann. El Supremo anuló el miércoles la sentencia del tribunal de Düsseldorf que absolvía a Ackermann y otros cinco acusados del delito de gestión desleal por el pago de primas de 57 millones de euros en la venta a Vodafone.

"Creo que es el turno del consejo de vigilancia", declaró la diputada verde Christine Scheel en referencia al órgano al que le corresponden las decisiones de personal. "Veo complicado que se mantenga en ese puesto mientras dure el proceso", dijo el democristiano Andreas Lämmel.

El secretario general del partido socialdemócrata SPD, Klaus Uwe Benneter, aseguró que no cree que el banquero se mantenga por mucho tiempo en su puesto. "La anulación de la sentencia no arroja sólo una mota de polvo sobre el chaleco blanco, sino que lo que ha caído es un saco entero de polvo sobre Ackermann y los demás Ackermanns a su alrededor", sentenció Bodo Ramelow, del Partido de La Izquierda. Tener el chaleco blanco es en alemán sinónimo de "manos limpias". El vicepresidente socialdemócrata del Bundestag, Wolfgang Thierse, por su parte pedía ayer la reapertura de un debate público sobre la responsabilidad y la moral de los empresarios y que se refuercen los derechos de los accionistas en la decisión del pago de primas.

Ninguna duda

Mientras que en círculos bancarios se cree probable la dimisión de Ackermann si el proceso se prolongara demasiado, él mismo hizo saber el miércoles que no tiene tal intención. El consejo de vigilancia del banco aseguró no tener "ninguna duda de que el Dr. Ackermann continuará ejerciendo su trabajo de manera exitosa".

Sin embargo, el presidente de ese órgano, Rolf Breuer, declaró al diario económico Financial Times Deutschland, que ya está buscando un sucesor por si se retira. El caso Mannesmann ha sorprendido al mismo presidente de Vodafone, Chris Gent, que asegura no entender que la justicia actúe contra la presidencia del consejo de vigilancia de Mannesmann por acordar el pago de primas millonarias a sus ejecutivos. Gent fue uno de los testigos llamados a declarar. Las primas se decidieron tras la compra de Mannesmann por Vodafone.

El suizo Ackermann, de 57 años, puede presumir de haber disparado los beneficios y el valor bursátil del banco en sus tres años y medio de mandato y está a punto de cumplir su objetivo de alcanzar un rendimiento sobre el capital propio del 25%.

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