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Prisión para los dos jóvenes que quemaron a una mujer en Barcelona

Los acusados declaran ante el juez que confundieron el líquido inflamable con agua

"Confundimos el líquido inflamable con agua". Los dos jóvenes de 18 años, supuestos responsables de quemar viva a una indigente en el interior de un cajero automático, aseguraron ayer que no querían matar a su víctima. Sostienen como principal argumento que rociaron el cuerpo de la mujer con un líquido inflamable creyendo que era simplemente agua. El juez de guardia decretó su prisión por un supuesto delito de asesinato.

"Fue una broma, entre comillas, en el peor de los casos una gamberrada, porque nunca pensaron que la garrafa con cuyo contenido rociaron el cuerpo de aquella mujer pudiera contener un líquido inflamable; sencillamente pensaron que era agua", señaló el abogado Juan Antonio del Moral Vizcaíno, defensor de uno de los acusados, Ricard P. B. El letrado, en un nuevo esfuerzo por defender a los jóvenes, añadió que el líquido inflamable posiblemente explotó al entrar en contacto con un cable eléctrico, y descartó que en algún momento hubieran utilizado un mechero o cerillas para encender el cuerpo de la víctima.

El letrado Del Moral efectuó estas declaraciones cuando salía del juzgado de guardia, tras entrevistarse con los detenidos y recomendarles que se negaran a prestar declaración hasta que dentro de unos días comparezcan ante el juez instructor.

El abogado, además de esbozar públicamente ante la prensa los argumentos de la defensa de su procesado, insinuó la posibilidad de abrir una línea de ataque contra el Ayuntamiento de Barcelona. En una audaz pirueta legal, responsabilizó al Ayuntamiento de haber permitido que una garrafa con un líquido inflamable y explosivo estuviera en una obra, sin vigilancia y al alcance de cualquier ciudadano. El ataque no era gratuito; un portavoz del Ayuntamiento había anunciado horas antes la intención del consistorio de personarse como querellante en el proceso.

La decisión del jugado de decretar la prisión incondicional y sin fianza de los dos muchachos fue adoptada a pesar de las protestas de los abogados defensores, que habían reclamado con insistencia su libertad provisional. Del Moral recalcó ante el juez los efectos negativos que sobre los muchachos entrañaba su ingreso en prisión y los problemas que podría acarrear en sus estudios, al tiempo que recordaba que se trata de dos "jóvenes normales", que "llevaban una vida normal". En un último esfuerzo por conseguir su libertad condicional, añadió que no "parece probable que vuelvan a cometer un delito".

Uno de los jóvenes detenidos, mientras era conducido al juzgado.
Uno de los jóvenes detenidos, mientras era conducido al juzgado.EFE

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