Llamada del deber

La secuela de uno de los mejores títulos de acción basados en la Segunda Guerra Mundial consigue, gracias a una arriesgada apuesta y al duro trabajo de casi tres años, subir un poco más el listón y colocarse como el rey indiscutible del género. El jugador llega a creer que no es más que una pequeña pieza en el terrible engranaje de la guerra. En todo momento la acción es intensa y frenética, no dejan de suceder cosas y plantearse pequeños pero mortíferos retos.

En esta vorágine, soldados de ambos bandos se matan entre sí de forma permanente. Unos defienden una posición, otros intentan tomarla, y en medio de todo está el jugador. Un soldado más. Nada de héroes ni de uno contra todos. Aquí hay que cumplir una misión y es una labor de equipo. Ésta es la sensación que transmite Call of Duty 2, aunque tras algún tiempo de juego se detecta que la iniciativa está del lado del usuario y que si éste no toma decisiones y avanza, las batallas se eternizan. Pero no importa, lo que cuenta es la inmersión.

Otra arriesgada, pero bastante acertada, decisión ha sido la elección del sistema de salud.

No hay barra de vida, ni botiquines que recoger. El protagonista, si es que puede llamársele así, puede recibir impactos de bala que se muestran en pantalla como una flecha roja que indica de dónde proceden. Si encaja más de cuatro seguidos, una aureola tiñe de sangre los bordes de la pantalla e indica que un tiro más se lo lleva al otro barrio.

Sin rasguños

Para evitarlo hay que parapetarse unos segundos en lugar seguro, tras lo que se puede entrar de nuevo en cruenta batalla sin rasguño alguno.

Este sistema se ha discutido entre puristas hasta la saciedad, por lo poco realista que resulta, pero el aumento en diversión, ya que no "se corta el rollo", parece que lo justifica plenamente. Además, hay que tener en cuenta el enfoque hacia un tipo de jugador más casual, el que lo disfrutará en Xbox 360, que se pone frente a la televisión para entretenerse sin complicaciones, y aquí Call of Duty 2 da en el clavo.

Tanto la versión para PC como para la recién estrenada consola de Microsoft ofrecen unas reproducciones de los escenarios clásicos como Caen, Berlín, el Alamein y otros muy espectaculares.

Brillan con luz propia los efectos de partículas, sobre todo las bombas de humo y el aliento de los soldados, y el entorno sonoro posicional, para lo que es imprescindible un sistema de altavoces 5.1. Call of Duty 2 repasa un buen puñado de hazañas aliadas con base histórica de la trágica guerra. Quien quiera verlo así, es una buena forma de aprender historia de manera interactiva y tomando conciencia de lo grave y absurda que es una guerra.