La voracidad goleadora del 'Pichichi'
"¡Eto'o, Eto'o, Eto'o!", tronó ayer, en dos ocasiones, el Camp Nou, en reconocimiento al delantero más letal de la Liga. En una noche de ensueño, Samuel Eto'o coronó ante su afición la fiesta que la víspera había iniciado en Zúrich. Con el trofeo de tercer mejor jugador del mundo recién estrenado, el delantero camerunés se plantó en el estadio, ante el Celta, decidido a continuar la celebración. Lo hizo como mejor sabe hacerlo: marcando goles. Dos tantos tan precisos como preciosos que concedieron la décimotercera victoria consecutiva al equipo dirigido por Frank Rijkaard -el Barça iguala así su mejor racha de la historia- y magnificaron las excelentes estadísticas de un jugador que ha puesto la directa hacia el Pichichi, el trofeo que distingue al máximo goleador de la Liga.
Eto'o suma ya 17 goles, tantos como partidos se han disputado, una efectividad al alcance de muy pocos. La cifra no hace sino confirmar la voracidad goleadora del camerunés que, en poco más de un año en el Barça, ha sumado ya medio centenar de goles (51). Con precisión milimétrica, Eto'o remató una jugada de pillo que, al tiempo, evidenció todas las virtudes que atesora Ronaldinho. Mientras hasta tres jugadores del Celta discutían con el árbitro una falta, el mejor jugador del mundo se fue veloz a por el balón, botó la falta y habilitó a Eto'o, que, con la misma celeridad, se había plantado en el área de Esteban. El camerunés recibió el balón, lo levantó ligeramente y, casi sin ángulo, lo coló por el palo derecho de la meta del Celta. Una vez más, y ya son ocho en lo que va de Liga, un tanto de Eto'o -que ha marcado un tercio de los goles de su equipo- se convertía en decisivo para que el Barça se llevara los tres puntos. Además, al batir al Celta, el camerunés cerró un ciclo: todos los equipos que ahora militan en Primera han encajado algún gol de Eto'o.
"Los dos goles han sido muy importantes para nosotros", admitió Rijkaard. "Samuel está en racha. Tiene una calidad excepcional: aparece en los momentos adecuados, con su instinto y rapidez", celebró el técnico del Barça. Eto'o, sin embargo, no le dedicó a Rijkaard el trofeo que le entregó la FIFA como tercer mejor jugador del mundo. En una muestra más de su fidelidad, el privilegio se lo reservó a Fernando Vázquez, técnico del Celta que le dirigió en su etapa de Mallorca. "Fernando fue el primer entrenador que realmente apostó por mí, aunque no se hable mucho de eso. Me dio minutos y confianza en Primera", dijo el camerunés al justificar su dedicatoria, que tuvo lugar al inicio del partido, después de ofrecer junto a Ronaldinho y Messi, su premio a la afición. "La verdad es que me ha sorprendido", admitió el técnico gallego del Celta.
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