Dennis quería un campeón
Si una obsesión ha tenido Ron Dennis, el patrón y propietario del equipo McLaren-Mercedes, ésa ha sido tener siempre a un campeón del mundo en su equipo. En la historia de la escudería ésa ha sido una premisa incuestionable. Sin embargo, en las últimas temporadas las circunstancias se lo habían impedido: ni Kimi Raikkonen, ni Juan Pablo Montoya lo son.
Por eso, el fichaje de Fernando Alonso por la escudería británica no ha supuesto otra cosa que volver al buen camino. A partir de 2007, Dennis tendrá en su equipo a un campeón del mundo, el más joven de la historia, y a un batallador como el colombiano Juan Pablo Montoya dispuesto a plantar cara y a presionar al asturiano. Si McLaren perdía a Raikkonen en 2007, el cambio lo ha realizado Dennis con todo su sentido de la lógica. Y el cambio no le ha salido nada mal.
Dennis es un ganador nato, un hombre escrupuloso hasta la saciedad y que vive sólo para las carreras. En este sentido es muy distinto de Flavio Briatore, el director de Renault, que siempre necesita apoyarse en aspectos más lúdicos para reforzar su autoestima. A Dennis sólo le obsesiona ganar, tener el coche más competitivo, la fábrica más espectacular.
En los últimos años no le tembló el pulso cuando decidió hacer una inversión de 280 millones de libras esterlinas (411,6 millones de euros) para concentrar todos los departamentos de la escudería en un edificio modélico que construyó en Woking, y que inauguró la misma reina Isabel II. Para un simple mecánico que ha amasado una fortuna gracias a las carreras, aquello fue una satisfacción enorme.
Pero lo cierto es que también Dennis ha aportado mucho a la F-1. Él fue el artífice del brutal cambio de imagen que ha sufrido el Mundial. Cuando yo estaba empezando a trabajar en Gran Bretaña en el mundo de las carreras, mi ilusión era incorporarme a su equipo. Incluso cuando estaba en la F-3 y en la F-2 quería demostrar que en aquel mundo de aceites, manchas y suciedad, era posible el orden, la limpieza y una imagen de equipo impecable.
A nivel puramente competitivo, la mayor aportación de Dennis fue incorporar los chasis de fibra de carbono a principios de los años ochenta, a propuesta del ingeniero John Barnard, uno de los hombres que transformó la F-1. Dennis va en serio en todo lo que hace. Y quiere volver a ganar. El año pasado tuvo el coche más rápido y sólo la falta de fiabilidad le impidió ser campeón, a pesar de haber ganado 10 de las 19 carreras del campeonato.
Para Fernando Alonso, el cambio de escudería significa dar un paso adelante incuestionable. Era la mejor opción para Alonso, dado que parecía claro que Ferrari quería a Raikkonen en 2007. El adiós a Renault significa también que la escudería francesa no podía satisfacer ni sus exigencias deportivas con garantías de continuidad ni sus aspiraciones económicas. Estaba claro que debía dar un salto de calidad. Y la solución estaba más fuera que dentro de Renault.
Sin embargo, nada resultará fácil para McLaren ni para Alonso en 2007. El tándem Raikkonen-Ferrari, con Bridgestone, puede resultar imbatible. Será muy duro de pelar. Los técnicos de Maranello llevan muchos años trabajando con Bridgestone y desarrollando su coche para adaptarlo a las exigencias de estos neumáticos. Puede que ya la próxima temporada volvamos a ver a un Michael Schumacher triunfador con un Ferrari competitivo que podrá cambiar neumáticos durante la carrera, su principal problema este año. Pero en 2007, Michelin desaparecerá y McLaren también tendrá a Bridgestone como único suministrador. Alonso y Dennis deberán ser muy competitivos.
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