El agua es el talón de Aquiles del voraz desarrollo urbanístico
El crecimiento imparable del ladrillo se topa en la Costa del Sol Occidental con un obstáculo a medio plazo insalvable: la falta de lluvias. La combinación de un clima semidesértico con 44 campos de golf, muchos otros en proyecto, e incontables piscinas y jardines, se antoja imposible. La población flotante que acogerá la zona en 2015 se acercará a los dos millones, y las autoridades avisan de que las infraestructuras hídricas previstas no podrán seguir este ritmo de crecimiento de vértigo.
La población ha pecado de inconsciente, y hasta ahora no se ha caracterizado por reducir su consumo, pese a las repetidas advertencias de las autoridades. La media de consumo por persona se sitúa en 270 litros al día, mientras que lo imprescindible no supera los 125. "La gente aún no ha asumido la mentalidad de padecer una sequía", denuncia Juan Cañete, consejero delegado de Acosol, empresa que distribuye el agua a los 11 municipios de la Costa del Sol Occidental.
La zona sufre desde hace mes y medio un decreto de sequía que aún no plantea restricciones, pero tras las escasísimas lluvias registradas este otoño todo apunta a que el temido fantasma aparecerá antes del próximo verano.
Embalses diezmados
La Junta intenta a marchas forzadas reducir la dependencia de los diezmados embalses, porque el de La Concepción, que abastece a la zona, está al 11% de su capacidad y sólo contiene cinco hectómetros cúbicos. El abastecimiento actual se nutre principalmente de la desalinizadora de Marbella, del reciclado de aguas residuales, de los aportes del río Guadiaro del Campo de Gibraltar y de nuevos sondeos y pozos.
De momento la Junta ha aprobado obras de emergencia para asegurar el suministro, pero los expertos auguran que pronto serán insuficientes, ya que se ha iniciado un ciclo de sequía. Desde la gran sequía de 1995 y las consiguientes restricciones, las autoridades anunciaron el denominado Plan Málaga, que incluía importantes infraestructuras, pero 10 años después éstas siguen siendo puro humo.
Ahora, el Plan de Ordenación Territorial plantea construir seis nuevas desalinizadoras con capacidad similar a la que funciona en Marbella, además de reforzar la infraestructura de depuración para lograr que se reutilice toda el agua y no se vierta al mar ni gota.
"En la Costa del Sol vivimos de puro milagro. Las infraestructuras siempre van por detrás, y primero se construyen los campos de golf y las viviendas, y luego se dice que hay que abastecerlos. ¿Por qué el crecimiento de la Costa del Sol debe quintuplicar el de otras zonas del país?", se pregunta Antonio Rodríguez Leal, director de la Cuenca Mediterránea Andaluza, que gestiona el agua en la zona.
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