Aznar pide restablecer el Pacto Antiterrorista para evitar que ETA se reorganice y rearme
El ex presidente censura que los atentados se vean como "tolerables" porque no hay muertos
"¿Qué sentido puede tener para ETA el hecho de que hasta que no asesine se considerará que sus atentados son políticamente tolerables?", se preguntó ayer José María Aznar, ex presidente del Gobierno, en la clausura de un seminario sobre Víctimas del Terrorismo, organizado por la Universidad San Pablo, CEU. Se contestó que ninguno y reclamó "restablecer" el Pacto Antiterrorista, que él y el PP afirman que rompió el Gobierno socialista, para "conseguir su implacable e impecable derrota". De no hacerlo, según Aznar, hay "un riesgo cierto" de que la banda se reorganice y rearme.
"O los que han roto el Pacto por las Libertades vuelven al consenso antiterrorista o corremos un riesgo real de que ETA pueda reconstruir su entramado criminal, rehabilitar sus estructuras de coacción, recuperar su presencia amenazante y, en último término, superar una situación que ha resultado crítica para la banda terrorista", afirmó Aznar ante los alumnos del CEU.
Aznar criticó que se hable de paz y pidió que se trabaje sólo en la derrota de los terroristas. Negó que ETA tenga voluntad de dejar el terrorismo y afirmó que lo que busca es "adaptar" su estrategia y reorganizarse. Rechazó que el diálogo o la negociación puedan acelerar el final de la violencia terrorista y mantuvo que eso sólo pueden mantenerlo "los desmemoriados, los oportunistas o los mendaces". Y reclamó "la presencia efectiva y audible de las víctimas en el debate público" porque "es el silencio lo que condena a una sociedad a vivir en el miedo" y "certifica que ha arrojado la toalla por insensibilidad o cobardía".
El ex presidente del Gobierno negó que el debate sobre el futuro de ETA deba plantearse en términos de paz. "A los que se proclaman hacedores de la paz les falta la guerra. Hablan y no paran del proceso irlandés, pero callan cuando se les pregunta dónde están, en nuestro caso, los terrorismos, en plural, que han asolado Irlanda del Norte". Aznar citó a Mikel Azurmendi para preguntar: "¿Qué Stormont se espera si aquí la ciudadanía no ha respondido a la violencia con violencia?". En el castillo de Stormont se puso en marcha el proceso de paz de Irlanda del Norte.
El anterior jefe del Ejecutivo pidió "que no se utilice el nombre de la paz en vano". Y exhortó a que "la simple apelación a la paz no sea de nuevo el vehículo que aprovechen los terroristas para obtener esos réditos que la democracia les ha negado, pagando un alto precio por ello". Según él, "el único final real y auténtico es la derrota política, organizativa, operativa y social de ETA y de todo su entramado".
Eso, aseguró, se estaba logrando con la política antiterrorista del último Gobierno del PP, amparada por el Pacto Antiterrorista. Y se "rompió un año después" de la victoria socialista, cuando "el presidente del Gobierno sentenció que, en la lucha antiterrorista, con el PP sólo le une el dolor por los muertos". A partir de ahí, Aznar criticó a los nuevos "socios" del Gobierno en esa lucha: ERC, "que tanto se ha distinguido en la lucha contra ETA", y "tres de los cuatro firmantes del Pacto de Estella".
El principal problema, en opinión de Aznar, es que ETA "ni se ha planteado el abandono de las armas ni renuncia a sus objetivos". Lo único que pretende, afirmó, es "adaptar su estrategia" y "administrar, en su solo beneficio, las expectativas de una sociedad que quiere, como es natural, que el terrorismo acabe". Eso sí, según Aznar, si no se la derrota, "ETA se adaptará para sobrevivir, no para desaparecer".
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