Un proyecto arzobispal empantanado
Oliva inicia la reversión del solar que se cedió en 1998 para levantar un centro ecuménico subvencionado por el Consell
El Ayuntamiento de Oliva, con el respaldo del PSPV y Bloc-EV en el equipo de Gobierno y del grupo independiente OIV, ha decidido iniciar el expediente para la reversión al municipio del solar, de cerca de 26.000 metros cuadrados, que en 1998 cedió al Arzobispado de Valencia para la construcción del Centro Ecuménico El Salvador, un proyecto que ha quedado empantanado. El alcalde, el socialista Salvador Fuster, argumentó ayer que la entidad que preside el arzobispo Agustín García Gasco "ha incumplido reiteradamente" los compromisos que adquirió cuando se firmó el convenio de cesión de los terrenos.
La Generalitat se implicó y aportó 4,2 millones de euros (700 millones de las antiguas pesetas) para la realización de la cimentación y estructura base del edificio, adjudicadas a la UTE de FCC y Torrescámara. Estos trabajos finalizaron en junio de 2003, y desde entonces el proyecto se encuentra paralizado. La obra se encareció por los problemas para asentar la base en el terreno húmedo del solar, próximo al marjal Pego-Oliva, y esto generó un conflicto entre la empresa adjudicataria y el Arzobispado. "Lo que tenía que haber sido una obra emblemática se ha convertido en una estructura inacabada, cada vez más deteriorada, que dudamos pueda ser reutilizada. Un foco de suciedad y de críticas de vecinos y turistas", denuncia el portavoz del PSPV, Vicent Sabater.
En diciembre de 1998, el Ayuntamiento, presidido entonces por el popular Enrique Orquín, y el Arzobispado firmaron la escritura de cesión del solar donde se ubicaría el centro, una superficie de cerca de 26.000 metros cuadrados de alto valor, situada junto al complejo turístico Oliva Nova-Golf, en la zona de la playa. El proyecto contemplaba la construcción de un edificio modernista, con una base de 7.000 metros cuadrados, de cuyo centro emergería una torre de 87 metros de altura. Su función iba a ser doble: religiosa y lúdica. Para ello se diseñaron varias naves destinadas a las distintas confesiones cristianas (anglicanos, luteranos, ortodoxos y católicos), y una zona común con claustro, anfiteatro y un espacio de usos múltiples. Los 19.000 metros restantes se destinarían a zonas verdes. En la financiación, 15 millones (2.500 millones de las antiguas pesetas), iban a participar la Generalitat, el Arzobispado, el resto de iglesias representadas en el centro y la UE.
La última reunión entre las partes se realizó el pasado verano. "No hemos obtenido garantías firmes y el proyecto lleva una demora de seis años", sin visos de ejecutarse, lamenta el alcalde. El Ayuntamiento abrirá un plazo de 15 días para que las partes implicadas en el proyecto presenten alegaciones. Si no aportan un plan que garantice la financiación de las obras, iniciarán el proceso para la aprobación definitiva en pleno de la reversión de los terrenos al municipio. UV y PP, en la oposición municipal con OIV, se han desmarcado del resto de grupos y piden una nueva prórroga.
Por su parte, Vicente Sastre, presidente de la Fundación Tecsal, creada por el Arzobispado para desarrollar el centro, aseguró ayer que se encuentra ultimando los documentos que avalan la financiación del proyecto. Según Sastre, cuentan con el respaldo económico "de un grupo de gente de altos negocios", del sector turístico, interesados en la vertiente "turística y cultural" del edificio. Sastre dice que pueden avalar "los 12 millones" que asegura supondría la finalización de la obra. En el caso de que el Ayuntamiento no acepte su propuesta económica, el Arzobispado está dispuesto a recurrir "al arbitraje civil" para no perder los terrenos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.