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Reportaje:

El primer día de una nueva vida

Los 19 inquilinos desahuciados de una corrala de Lavapiés serán realojados por el Ayuntamiento

Pese a que ayer fueron desahuciados, la mayoría de los 19 inquilinos de una corrala de la calle del Sombrerete (distrito de Centro), vivieron una jornada feliz. Tras pasar mes y medio de incertidumbre sobre su futuro -"nos veíamos en la calle", decían-, el Ayuntamiento ha encontrado pisos en los que realojar a todos en el mismo distrito.

Algunos de los habitantes de la corrala llevaban 40 años viviendo allí, en un edificio declarado en ruina, sostenido por un armazón de hierro y en unas condiciones precarias: pisos de 12 metros cuadrados, baños comunitarios y "ratas en las habitaciones", según Rosa, a quien se le cayó parte del suelo y tuvo que abandonar su vivienda. "Hoy es un día grande", resumió el sentir de los vecinos.

Quedarse sin negocio

Excepto para Boaguo Li Ye, la cara triste en un día de sonrisas casi plenas. Este chino nacionalizado español, además de vivir en la corrala con su mujer y sus cuatro hijos, regentaba el comercio situado en los bajos del inmueble. Se ha quedado en el paro. "¿Cómo hago ahora para comer?", se preguntaba con el rostro desencajado. Los dueños del inmueble, a los que los inquilinos acusan de abandonar el edificio para provocar el desahucio y "especular con él", explicaron a Efe que ofrecerán un local a Li cuando tiren el inmueble y levanten uno nuevo.

Los rostros más felices ayer eran el de Gerardo Sánchez y Milagros Martín. Esta pareja de jubilados fue la imagen del desahucio cuando éste se hizo público. Jubilados y sin recursos, la desesperación les consumía. "Me veo en el metro", comentó más de una vez Sánchez.

La incertidumbre duró hasta el lunes, sólo dos días antes del desahucio. Entonces, el Ayuntamiento de Madrid confirmó a los vecinos que todos serían realojados. Será dentro de un mes, cuando las casas estén acondicionadas. Todos, menos Francisco Sueco y Salvadora Vega, los decanos del inmueble y de los más pesimistas respecto a su futuro hasta hace dos días. Ellos quizá tengan que esperar algo más, hasta que el Ayuntamiento consiga desalojar a los okupas que se han instalado en su futura vivienda, en una zona cercana.

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