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Los partidos del Gobierno catalán refuerzan sus lazos para la próxima legislatura

El balance de los dos años de gestión muestra logros en educación y retrasos en vivienda

Los líderes de los tres partidos de la izquierda catalana aprovecharon ayer el segundo aniversario de la firma de su programa de gobierno, el Pacto del Tinell, para lanzar un mensaje de continuidad con vistas a una segunda legislatura. El presidente de la Generalitat y del PSC, Pasqual Maragall, habló de "proyecto de progreso para toda una generación"; sus socios, Josep Lluís Carod (ERC) y Joan Saura (Iniciativa Verds) destacaron la vocación de futuro del pacto frente a otras alianzas. Tras dos años de tripartito, el balance de la acción de gobierno es desigual. Destacan los logros en educación y cultura y los retrasos acumulados en materia de vivienda y salud pública.

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El Gobierno catalán puso ayer el acento en sus realizaciones en política social y presupuestaria para presentar un balance positivo de su gestión al llegar al ecuador de la legislatura. Su modelo es el que se expresa en el presupuesto para 2006, en el que se destina el 56,9% del gasto a políticas sociales, se reduce el peso de la deuda y se aumenta la inversión en un 85%, que pasa de 365 euros por habitante en 2003 a 691 euros por habitante en 2006.

Este balance se presenta en un contexto complejo por la tormenta política provocada en el resto de España por el proyecto de reforma del Estatuto de Autonomía. Pero, al mismo tiempo, la adopción de ese proyecto por el Parlamento catalán el pasado 30 de julio ha supuesto un gran éxito político para el tripartito en el escenario doméstico. Que ha aportado, entre otras, la ventaja de aumentar la confianza en su propia capacidad política.

Los tres partidos están absolutamente convencidos de que el "giro social" que desde el primer momento ha orientado su gestión ha quedado en parte oculto porque la atención política y mediática se ha concentrado sobre la reforma del Estatuto. Maragall aludió ayer a que el protagonismo tomado por la reforma estatutaria ha podido deformar la imagen del propio Gobierno. En estos dos años, dijo, "se ha roto la asociación entre nacionalismo conservador y defensa de Cataluña" impulsada por los Gobiernos de CiU. El balance de estos dos años es desigual. Mientras educación y economía cumplen a buen ritmo con sus compromisos, salud y vivienda arrastran importantes retrasos.

- Políticas institucionales. A la espera de la aprobación del nuevo Estatuto, el ámbito de las políticas institucionales es el que mayor impulso ha recibido por parte del Gobierno autónomo en relación con los compromisos adquiridos al comienzo de la legislatura. Las promesas de dar transparencia a la acción de gobierno y de luchar contra la corrupción se han materializado en la aprobación del proyecto de ley de creación de la Oficina Antifraude y en la publicación de los nombres de los altos cargos y sus salarios. Las presiones de Convergència i Unió, pero también de Esquerra Republicana, han impedido el cumplimiento de otro objetivo: la elaboración de una ley electoral catalana.

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- Economía. Con la economía creciendo a buen ritmo, el principal objetivo del tripartito ha sido poner en marcha el denominado pacto por la competitividad, cuyos objetivos para 2005 se han cumplido en un 75%, según el Ejecutivo catalán. Los agentes sociales han cuestionado esa cifra. La otra gran asignatura pendiente es el cambio de sistema de financiación de la Generalitat.

- Educación. En los últimos dos cursos, las escuelas públicas catalanas han incorporado a 6.200 nuevos docentes. Cuando acabe este curso el actual Gobierno habrá construido 114 nuevos colegios que, sin embargo, no harán desaparecer los barracones de muchas escuelas. El tripartito ya ha concertado con los ayuntamientos el 62% de las 30.000 plazas públicas de guardería prometidas para esta legislatura.

- Salud y bienestar social. A la espera del nuevo sistema de financiación, la sanidad catalana sigue amenazada por un déficit acumulado de 2.200 millones de euros. Para reducir esa cifra y, sobre todo, no incrementarla, el departamento de Salud convocó a un comité de expertos que, tras meses de debate, elaboró un completo catálogo de propuestas. El Gobierno de Maragall todavía no ha adoptado ninguna. El tripartito catalán sí ha actuado para obligar a los médicos que mantenían la jornada reducida en el sistema público a aumentar su dedicación o a abandonar su puesto de trabajo. El proyecto de universalizar los servicios sociales todavía no tiene fecha.

- Infraestructuras y medio ambiente. El tripartito ha logrado que los Presupuestos Generales del Estado para 2006 destinen a Cataluña el 18,5% de la inversión del Estado en estas partidas. Ésta era una de las grandes aspiraciones del Pacto del Tinell para lograr la modernización de las infraestructuras catalanas. En materia de vivienda, el Gobierno prometió 42.000 nuevas casas protegidas, de las que sólo se han comenzado a construir 15.466. También lleva retraso la decisión sobre la interconexión eléctrica con Francia.

- Seguridad y justicia. La mayoría de los proyectos en materia de seguridad están todavía por realizar. A pesar de que los Mossos d'Esquadra se han desplegado un año antes de lo previsto en Barcelona, el despliegue de ese cuerpo en el conjunto de Cataluña se retrasará un año, hasta 2008. Tampoco se ha logrado cumplir con objetivos como crear un mando único para Mossos d'Esquadra y las Fuerzas de Seguridad del Estado en Cataluña. En Justicia, el tripartito ha redimensionado a la baja el ambicioso proyecto de agrupar los servicios judiciales de Barcelona en un único recinto.

- Cultura. La devolución de los denominados papeles de Salamanca ha centrado la actividad del Departamento de Cultura que, sin embargo, no prevé la vuelta de ningún documento hasta el próximo enero. Sí se ha comenzado a desplegar el plan de choque de infraestructuras culturales.

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