La ley de López Caro

Si es verdad que, como dicen, se juega como se entrena, el Madrid va a cambiar mucho. "Máxima agresividad". Ése es el primer mandamiento de Juan Ramón López Caro, el entrenador interino del equipo, que ayer debutó en un entrenamiento con todos los jugadores de la plantilla bajo su mando. Segundo mandamiento: "Hay que dar el 100% de cada uno". Tercero: "Máxima velocidad. Si el compañero se mueve, yo me muevo". El resto: "Hay que mantener la posesión. Y recuperar, quiero mucha recuperación. Coordinen la recuperación. Intentemos hacerlo lo más real posible, con ritmo de partido. Real, todo real", insistió el técnico, que entrenó al equipo en una intensa doble sesión.

A López Caro le persigue fama de sargento, que él niega De obseso de la preparación física. También le interesan las cuestiones tácticas. Cómo arreglar los problemas defensivos del Madrid, por ejemplo: "Roberto", le dijo a Roberto Carlos; "si Salgado sube, tú te quedas. Nunca subáis los dos al mismo tiempo". López Caro tuvo tiempo para ejercer de psicólogo: se le vio charlando durante 15 minutos con Guti -el capitán en ausencia del lesionado Raúl-, y bromeando con Ronaldo, el jugador más determinante del equipo, la demostración universal de que no se juega como se entrena. La charla, sin embargo, no fue suficiente para paliar los efectos de tanto ejercicio: Ronaldo se retiró del entrenamiento vespertino con una contractura en el abductor.

López Caro, por lo tanto, es entrenador y psicólogo. "El hombre ideal" para el Madrid, según Arrigo Sacchi, que todavía ejerce pese a su próximo adiós, que le describió como "un estudioso del fútbol europeo". "Hasta el último día [de su contrato, el 21 de diciembre] voy a darlo todo", dijo en la Ciudad Deportiva Sacchi, que se había reunido con Butragueño, vicepresidente, y Ramón Martínez, adjunto a la dirección de fútbol. "Después de eso, quedará el cariño".