Interceptado en Segovia un avión que hacía "un vuelo de prueba" con 106 kilos de cocaína
Diez detenidos en un golpe que confirma a África como 'puente' de la droga para la UE
La policía ha intervenido un reactor de lujo en el aeródromo de Fuentemilanos (Segovia) cargado con 106 kilos de cocaína y ha detenido a 10 supuestos narcotraficantes. El avión estaba haciendo "un vuelo de prueba" para abrir una nueva ruta de introducción de droga en España y Alemania, de forma que, si salía bien, la red pensaba iniciar una línea regular de envíos masivos. La cocaína había sido transportada en barco desde Venezuela hasta Guinea-Bissau, donde fue cargada en el avión, que era una alternativa ante la presión policial sobre el tráfico marítimo de cocaína hacia la UE.
La policía ha detenido a 10 personas de varias nacionalidades, principalmente colombiana y alemana, como supuestos responsables del intento de apertura de la nueva ruta de la droga entre África y Europa. Las pesquisas venían desarrollándose desde agosto, tras la detección de un grupo de narcos colombianos que había establecido sus tentáculos en España y Guinea-Bissau.
La cocaína de esta red era enviada desde el Caribe hasta Guinea-Bissau en barcos que no tenían prevista escala en Europa, a fin de evitar sospechas sobre su supuesta carga ilegal. La cocaína era trasladada hasta la frontera entre ese país y Senegal, con vistas a introducirla en la UE, en principio por vía marítima, como viene siendo habitual.
El comisario jefe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) del Cuerpo Nacional de Policía, Miguel García, como el jefe de la brigada central de Estupefacientes, Eloy Quirós, explicaron en Fuentemilanos que desde hace un año y medio los narcos han optado por la vía africana. Pero, hasta ahora, habían optado por enviar la droga en barcos, aprovechando la infraestructura de los traficantes de hachís del norte de África y, alternativamente, la de los capos gallegos de cocaína.
Sin embargo, la presión sobre estas rutas marítimas, que desde 2003 ha supuesto la incautación de 18 barcos y 42 toneladas de cocaína (sólo por la policía), llevó a los traficantes a ensayar una nueva ruta con un jet supersónico de alquiler. En este caso era un reactor de ejecutivos, que suele tener su base en los aeródromos de Francfort y Berlín (pertenece a la firma de vuelos privados MRG Flugcharter). El pasado jueves aterrizó en Fuentemilanos, procedente de Alemania, el Cessna Citation, matrícula D-ISGW, valorado en tres millones de euros, tras haber realizado una parada técnica en Villanuela (Valladolid).
El vuelo de un ejecutivo
La tripulación aseguró que trasladaba a un ejecutivo que trataba de cerrar en Segovia la compra de una gran superficie comercial, sin descartar nuevos vuelos. Paralelamente, en el cámping del aeródromo se instaló una pareja con una autocaravana matriculada en Alemania, que era la encargada de transportar la droga hacia Madrid, una vez bajada del avión.
El aeródromo de Fuentemilanos, a 19 kilómetros de Segovia, había sido elegido por los narcos porque pensaban que iba a haber menor control que en aeropuertos de mayor tamaño. Además, esa pista es utilizada por centenares de ciudadanos alemanes que practican el vuelo sin motor.
El avión, a cuyos pilotos -dos alemanes y un suizo- les habían prometido un millón de euros por algunos viajes de este tipo, voló a África, el mismo jueves, para cargar la droga en un aeródromo clandestino sito entre la frontera de Senegal y Guinea-Bissau. Tras realizar una parada técnica en Tenerife, aterrizó en Segovia entre las diez y las once de la noche del sábado. La policía ya vigilaba y había alertado de la importancia de la operación a su director general, Víctor García Hidalgo.
El piloto suizo N. C. y el alemán J. C. fueron detenidos en el Parador de Turismo de Segovia, mientras que su colega K. M. A. B. fue capturado en Fuentemilanos. En el aeródromo también fue arrestado L. F. G. E., conocido como el Viejo, considerado como el organizador de la operación y el jefe de la organización en España, y a la mujer que lo acompañaba, R. A. M. El ciudadano alemán A. M. V. G., uno de los principales coordinadores de las operaciones aéreas de la organización, de acuerdo con la policía, logró huir a campo traviesa, cruzando las pistas, pero fue detenido en un hotel de Madrid horas después.
En Madrid fueron detenidos también G. A. C. S., Dolce, a quien los agentes consideran otro de los organizadores de la operación y quien iba a distribuir presuntamente la droga en España; la brasileña E. M. D. S., que daba cobertura a la organización, y J. R. G. Z., colombiano, posible coordinador y distribuidor de la cocaína. En Cádiz se detuvo a V. H. E. S., colombiano, encargado de transportar la cocaína a Madrid y que era buscado desde mayo por su posible participación en otra operación.
La droga estaba distribuida en paquetes de un kilo, forrados de plástico azul con la palabra Coca-cola, que es la marca que identifica al laboratorio de donde procede, que a su vez iban guardados en tres cajas con el logotipo de Cruz Roja, albergadas en un compartimento del fuselaje del aparato.
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