La Cámara de Cuentas detecta fallos en la empresa de aguas de Málaga

La Cámara de Cuentas de Andalucía ha encontrado diversas irregularidades contables en la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa), y en su informe de fiscalización del ejercicio 2003 ha emitido un opinión desfavorable sobre la imagen fiel de su patrimonio, la situación financiera y el resultado económico patrimonial. La empresa sigue un método contable que "no permite conocer adecuadamente" su actividad.

El informe desfavorable de la Cámara de Cuentas admite que las numerosas objeciones al método contable empleado no afectan al resultado operativo del ejercicio 2003. En el estudio de fiscalización se ponen al descubierto ciertos errores, algunos de ellos tan llamativos como que en el balance de 2003 Emasa aún incluyera los bienes de dominio público ubicados en Torremolinos y que fueron transferidos al Ayuntamiento de esta ciudad en 1991 tras obtener la segregación de la capital. El informe concluye que por este concepto Emasa debe realizar una reducción del valor de sus activos por importe de 8.637 euros, que es el que tenían los bienes cedidos el 1 de enero de 1991, e imputarlos como gastos y pérdidas de ejercicios anteriores.

El informe de la Cámara de Cuentas desvela también ciertos incumplimientos de las leyes contables como que la aportación del Ayuntamiento al capital social de su empresa de aguas, 42.082 euros, esté materializada en bienes de dominio público.

Tampoco computa de forma correcta Emasa las subvenciones que recibe, pues sólo registra el importe cobrado en el momento que lo recibe. Según la Cámara de Cuentas, este criterio "no permite conocer el importe total de las subvenciones concedidas con carácter no reintegrable, la ejecución de las obras para las que fueron concedidas, los posibles incumplimientos de los requisitos exigibles para recibir los fondos y las cantidades que en ese caso debe devolver a las entidades que las conceden".

Emasa tampoco dispone de un inventario de sus bienes y capital inmovilizado, ni de un registro informatizado en el que se inscriban todos los contratos que celebra, ya sean de obras, suministros y servicios, para los que tampoco tiene un modelo tipo. Además, el departamento de control interno no realiza las funciones de auditoría que según la Cámara debería hacer.