Los judíos marroquíes

A propósito del artículo de ayer Es de izquierdas y quiere la paz, firmado por Lluís Bassets, sección Internacional, página 5, quisiera puntualizar algunos aspectos referidos en concreto a los judíos marroquíes.

Dice el periodista a propósito del nuevo líder israelí Amir Peretz, judío nacido en Marruecos, que la marcha de los judíos de Marruecos fue "una enorme operación de lo que en los años noventa y a propósito de los Balcanes se llamó limpieza étnica". Añade que "una parte emigró a Europa, pero el grueso dirigió sus pasos hacia Israel para rehacer sus vidas, después de haber perdido casas y propiedades"; y que el mencionado líder israelí "fue uno más de los 600.000 israelíes expulsados de los países árabes".

Sólo quería informar al señor Bassets de que en Marruecos fue el Mossad, con la creación del Estado de Israel, el que llegó con sus agentes incluso hasta las cumbres del Atlas, donde vivían cabilas judías desde antes de la colonización árabe del siglo VII, para arrancarlas de sus hogares, aterrorizándolas con engaños, y llevárselas a repoblar las tierras palestinas. Y que el rey Mohamed V, durante el Protectorado, se opuso a las leyes antijudías del régimen de Vichy haciendo saber al Gobierno de Pétain que él protegería a todos sus nacionales sin discriminación ninguna.

Recordarle también que, si se hubiera producido una expulsión, hoy André Azoulay no sería consejero del rey Mohamed VI; ni Abraham Serfati habría sido encarcelado durante los años de plomo junto con otros presos políticos; ni el novelista Edmond Amran el Maleh tendría una fundación en Rabat que lleva su nombre, además de haber recibido el Premio Grand Atlas 1996 por toda su obra; ni el humorista Gad el Maleh habría llenado hasta los topes, en septiembre pasado, una sala de espectáculos de Casablanca con un público que se parte de risa al oír contar a su paisano las historias tronchantes de su abuelo Baba Yahya, y etcétera, etcétera. Todos ellos son hoy judíos marroquíes.