La mayoría de los estadounidenses acoge con escepticismo el plan de Bush
El 55% de los consultados cree que el presidente carece de un proyecto "para la victoria"
Las reacciones al discurso de George W. Bush del miércoles -en el que el presidente de Estados Unidos reiteró que la estrategia para la victoria en la guerra pasa por la consolidación del Gobierno y el Ejército de Irak y porque la salida de las tropas no debe ajustarse a "calendarios artificiales"- reflejan el escepticismo y la falta de credibilidad en la opinión pública que arrastra desde hace seis meses. Según una encuesta elaborada inmediatamente después del discurso de Bush, el 55% no cree que la Casa Blanca tenga un plan que lleve a la victoria, frente al 41% que sí lo piensa.
El mensaje de Bush de pedir "tiempo y paciencia" y rechazar fechas fijas para el repliegue es el primero de una serie de discursos planeados desde ahora hasta el 15 de diciembre -fecha de las elecciones en Irak- para contrarrestar las críticas que han calado incluso entre muchos republicanos.
Aunque la muestra del citado sondeo de Gallup era escasa, las cifras no se diferencian de otras recientes que dejan al descubierto el descontento creciente sobre Irak. Pero también la encuesta recoge otra constante en la opinión pública: la mayoría -el 59%- cree que no es bueno retirar las tropas hasta lograr ciertos objetivos. La contradicción es que el 54% considera "improbable" que las tropas iraquíes sean capaces de garantizar la seguridad del país sin el apoyo de los soldados estadounidenses. El pesimismo y las dudas repercuten también en el índice de valoración del trabajo presidencial en Irak, negativo para un 54%.
Siguiendo el habitual esquema de que lo defectuoso no es la mercancía sino el embalaje, el general Peter Pace, número uno de las Fuerzas Armadas, dijo ayer en la Universidad Nacional de la Defensa que el problema es que no se ha explicado bien a los norteamericanos lo que ocurre en Irak y los avances políticos, económicos y militares que allí se producen. Aún así, Pace admitió que la realidad en Irak es mucho más complicada de lo que se ha afirmado, y reiteró que hace falta paciencia y una perspectiva amplia: "La victoria en Irak no será como el día de la victoria en Europa, ni como el día de la victoria en Japón", algo que pueda concretarse en una ceremonia de firmas; "la victoria a corto plazo son los avances que se hacen"; a medio plazo, "que los iraquíes asuman la dirección de su país"; y a largo plazo, que Irak "sea un país libre y pacífico, que viva en paz con sus vecinos y en el que no puedan refugiarse los terroristas".
Las reacciones demócratas al discurso de Bush denunciaron que el presidente "ignora las realidades sobre el terreno", en palabras de John Kerry. Nancy Pelosi, líder de la minoría en la Cámara, fue más allá y abogó por un plan de retirada inmediata. En otra posición, aunque en el mismo partido, el senador Joseph Biden, que alberga ambiciones presidenciales, dijo que el discurso de Bush era "un paso positivo" al describir "dónde estamos y qué tratamos de hacer en Irak", pero que el presidente fracasó a la hora de decir "cómo y cuando vamos a salir de allí".
Optimismo y engaño
La reacción más dura en los editoriales de los medios destacados correspondió a The New York Times, que al hablar de Bush evocó los problemas de falta de contacto con la realidad que sufrieron en su momento los presidentes Lyndon B. Jonhson y Richard Nixon, y que reprochó al presidente su "optimismo con intención de engañar" sobre el grado de preparación de los militares iraquíes. The Wall Street Journal celebró el discurso y la Estrategia de Victoria, aseguró que hay "razones para ser optimistas" en cuanto a Irak y sugirió una visita de Bush a Bagdad en enero para intervenir ante el nuevo Parlamento iraquí.
The Washington Post, que cree que el presidente "sigue subestimando la magnitud del reto", destacó que "muchos demócratas coinciden con los principales elementos de la estrategia de que haya un Gobierno representativo en Irak y unas fuerzas de seguridad que permitan en los próximos doce meses un repliegue gradual". Para USA Today, "las realidades en Irak arrojan sombras sobre la optimista estrategia de victoria de Bush", que tiene que dar "respuestas convincentes" a las dos preguntas más urgentes: "¿Cuándo podrán realmente volver a casa los soldados y qué es lo que se define como éxito en Irak?" Los Angeles Times señaló en un artículo que, aunque "la mayor parte de la retórica presidencial fue familiar", Bush "pareció aceptar las duras realidades, tanto en Irak como en EE UU", y que el presidente necesita atender "tanto a sus fieles, ansiosos de tener garantías de que existe realmente un plan para la victoria, como al creciente número de sus simpatizantes presos del escepticismo, que exigen una estrategia de salida viable".
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