Carion narra la fraternidad en medio de la Gran Guerra
'Feliz Navidad' se inspira en hechos ocurridos en 1914 en los dos bandos del frente
Hoy que se habla tanto del choque de civilizaciones y cultural, Christian Carion ha sabido darle la vuelta de tuerca y utilizar la cultura como hilo de unión y fraternización en medio de un conflicto bélico. Feliz Navidad, su segundo filme, seleccionado por Francia para representar al país galo en los Oscar, es un canto de paz en medio de la I Guerra Mundial, que retrata la camaradería que experimentaron entre sí los distintos bandos durante la primera Navidad. El largometraje, que se estrena hoy en España, cuenta con actores de diferentes países europeos como Diane Krüger, Benno Fürmann, Guillaume Canet, Daniel Brühl, Gary Lewis y Dany Boon.
"Lo más importante en esta película es que se trata hechos reales, todo es verdad sino, no tendría ningún interés", cuenta el cineasta que dio con la historia hace 10 años mientras leía el libro Las batallas de Flandes y de Artois 1914-1918, de Yves Buffetau, en donde encontró el capítulo titulado La increíble Navidad de 1914, que hablaba de las relaciones entre enemigos. En él se narra la historia de un tenor alemán aplaudido por los soldados franceses, de un partido de fútbol, de un intercambio de cartas, de los árboles de navidad y de las visitas recíprocas a las trincheras del bando contrario. Actos que no fueron bien vistos por los superiores, "los militares y políticos que organizaban la guerra desde sus despachos y que trataron de silenciarlo en la historia", afirma Carion.
Me encanta la idea de que la cultura haya hecho enmudecer a los cañones"
Todo estos acontecimientos son llevados a la pantalla grande a través de una ardua documentación realizada por el director, con el apoyo de un historiador, en los archivos de los tres países del conflicto bélico. "En Alemania y Gran Bretaña se encuentra mucho más material que en Francia, ya que éste último decidió destruir y quemar esas pruebas", se queja Carion, quien asegura que tuvo que dejar de lado algunas anécdotas reales porque "superaban la realidad y resultaban no creíbles en la industria cinematográfica".
El resultado es una historia donde un lugarteniente francés, un tenor alemán, una soprano danesa, un cura escocés, un oficial alemán judío y un soldado escocés cruzan sus caminos y la paz parece posible. A partir de hechos reales en la película se recrea algunos personajes que existieron y otros ficticios. Entre los primeros se encuentra el tenor alemán, un punto de partida importante para el proyecto ya que, según el director, el 90% de los casos de fraternización se produjeron gracias a que la gente se ponía a cantar. "Me encanta la idea de que la cultura haya hecho enmudecer a los cañones", dice.
Después de su primer largo, La chica de París (2001), Christian Carion se dedicó cuatro años a este proyecto. "Feliz Navidad no es un largometraje sobre la contienda de 1914 sino recreado en ella, y que está en contra de la guerra", asegura. El realizador es oriundo del norte de Francia, de uno de los 10 departamentos que durante cuatro años vivieron bajo la ocupación alemana y asegura que se siente muy cercano a los sucesos de la Gran Guerra. "Soy hijo de un agricultor y recuerdo, de pequeño, haber transportado obuses que encontrábamos mientras se araba", dice.
"He querido hacer esta película en contra de la censura de esos hechos. Creo que lo que pasó allí es una lección de humanidad y que puede adaptarse a la realidad de hoy, independientemente de cualquier ideología o religión", comenta Carion quien asegura que le han llegado noticias de que en otros conflictos bélicos también han existido momentos de fraternidad, como en la guerra de Vietnam. "Ahora bien, si sucede lo mismo en estos momentos en Irak nunca llegaremos a saberlo porque ésta es una guerra controlada desde el punto de vista de la información y habrá mucha censura al respecto", puntualiza.
Feliz Navidad, que se rodó en tres meses respeta en el metraje original los idiomas de los actores de diferentes nacionalidades (rumanos, alemanes, británicos, franceses, entre otros); "una forma de hacer cine europeo", según el cineasta. "Yo creo en Europa y necesito de los demás. Podría haber hecho la película desde la trinchera francesa, pero desde el principio tenía claro que quería una película europea, desde las trincheras de los tres bandos", indica el realizador quién aclama por "diversificar las fuentes de financiación y apostar por coproducciones europeas".
Carion no tiene planes inmediatos para un próximo proyecto cinematográfico. Ahora quiere entregarse en "cuerpo y alma" a llevar Feliz Navidad por el mundo. Próximamente viajará a Israel, "un país que también se encuentra en guerra", señala. Y gracias a la selección para los Oscar su película se estrenará en Estados Unidos. "Todas las guerras las hacen los políticos, están institucionalizadas. El pueblo es forzado y manipulado para participar en los conflictos, eso era algo que también quería mostrar", defiende."
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