La discoteca de Alcalá 20 reabre sus puertas gracias a una orden judicial

La antigua discoteca Alcalá 20, rebautizada con el nombre de Adraba, abrió anoche sus puertas, después de que un juez de Madrid dictase un auto por el que permitía la reapertura del local donde en 1983 murieron 81 personas en un incendio. El escrito judicial supone la suspensión provisional de la resolución de la Junta Municipal de Centro, dictada el 28 de noviembre, que acordaba el cese de la actividad y el precinto inmediato del establecimiento. El concejal del distrito de Centro, Luis Asúa Brunt (PP), reiteró ayer que la discoteca incumple las medidas de seguridad, y así se lo dirá hoy al juez. A la reapertura acudieron 200 invitados.

El magistrado de lo Contencioso Administrativo apoya su auto en el artículo 135 de la Ley de Jurisdicción Contencioso Administrativo, que establece que el juez podrá adoptar esta medida atendiendo "circunstancias de especial urgencia que concurran en el caso" y sin oír a la parte contraria (en esta ocasión, el Ayuntamiento). Sin embargo, el mismo artículo establece que el juez deberá convocar a las partes a una comparecencia, en el plazo máximo de tres días, para hablar sobre el levantamiento, mantenimiento o modificación de la medida adoptada. Por eso, el Ayuntamiento y los propietarios de Adraba han sido convocados a una vistilla que se celebrará en la mañana de hoy.

A las 22.23 de ayer, dos porteros levantaron la reja del local y abrieron las dos enormes puertas metálicas de la antigua Alcalá 20, situada muy cerca de la plaza de Sevilla y a tiro de piedra de la Puerta del Sol. A partir de entonces, entraron 200 invitados. La fiesta de ayer estaba reservada a unos 200 empresarios de hostelería y del sector de espectáculos.

La mayoría de los invitados rehusaron comentar la postura del Ayuntamiento y las dudas de éste sobre la seguridad del local. "No tengo ningún miedo", comentó Andrés Maluenga, uno de los asistentes.