La mirada en el espejo

Como colofón de las jornadas sobre Fundamentos de creación operística, se ha presentado en el teatro Fernando de Rojas un espectáculo estrenado a principios de noviembre en el Festival Ópera de Butxaca de Barcelona. Se trata de una ópera de bolsillo para tres voces femeninas, una actriz y electroacústica, con música de Maristany sobre un libreto de Sunyol.

Los autores invitan al espectador a "adentrarse en un ámbito donde tiempo y espacio están en suspenso, a dejarse acompañar por sensaciones, intuiciones y emociones". Las buenas intenciones son evidentes. La capacidad de persuasión del espectáculo es más discutible. En cualquier caso, funciona a ratos. La sobriedad del formato condiciona la concentración. El sentido del humor, o la ironía, no abundan. Todo tiene un tono trascendente.

No es fácil la conexión desde la sala, por muy buena que sea la realización. La disposición anímica de las cantantes es muy meritoria. Se vacían, pero la sensación de lejanía es inevitable. Todo queda como reflejado en un espejo, vagamente etéreo, inasible. Tal vez sea esto lo que los creadores pretendían. O tal vez no. De todas maneras, tengo la impresión de que los resultados artísticos no están a la altura del esfuerzo desplegado.