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Blair abre el debate sobre el futuro de la energía nuclear en el Reino Unido

Tony Blair lanzó ayer un debate sobre el futuro energético del Reino Unido entre sospechas de que él ya se ha decantado por la energía nuclear. El país se enfrenta a medio plazo a un problema serio de recursos energéticos: todas sus centrales nucleares cerrarán entre 2015 y 2023, los depósitos de gas del mar del Norte se están agotando, el carbón es demasiado contaminante y las energías renovables no tienen el peso que los ecologistas quisieran. El Gobierno deberá presentar el próximo verano una propuesta al Parlamento.

El debate energético es políticamente muy sensible porque se mezclan cuestiones de geoestrategia con rentabilidad económica y limpieza medioambiental. Blair lanzó el debate en la conferencia anual de la patronal británica en Londres. Pero tuvo que hacerlo entre apretujones y calores en una pequeña sala después de que dos militantes de Greenpeace se encaramaran a las vigas del techo del salón de actos en el que iba a hablar.

El Gobierno quiere que se debata cómo solucionar el problema del agotamiento de las reservas de gas y el cierre de los 31 reactores de las 14 nucleares del país, los primeros en 2015 y los últimos en 2023. El gas y el carbón se utilizan para generar cada uno un 35% de la electricidad que consumen los británicos; las nucleares proporcionan un 22% y el resto se cubre entre energías renovables (4,5%), petróleo y centrales hidroeléctricas.

El carbón es demasiado contaminante y el gas se acaba, por lo que el debate se centra en si hay que sustituir la actual energía nuclear con nuevas centrales o a través de energías verdes (el viento, las mareas y, en menor medida, el sol). Todos aceptan que las energías renovables no pueden aún aportar el caudal de electricidad necesario. Los defensores de la energía nuclear sostienen que tiene la inmensa ventaja de no producir dióxido de carbono, el principal causante de las emisiones de gas de efecto invernadero, aunque se utilizan combustibles fósiles para mantener el ciclo nuclear. Tiene otras ventajas: asegura el control nacional de la fuente de energía, frente a la dependencia de otros países en las importaciones de gas y de petróleo, y las nuevas centrales son mucho más seguras.

Sus detractores argumentan que los residuos radiactivos son un problema enorme; la tecnología nuclear puede ser utilizada para crear armamento nuclear; las centrales nucleares se han convertido en un objetivo terrorista y nadie puede asegurar al 100% que no puede repetirse un accidente como el de Chernobil.

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