"Sin una pelota no soy nada"
La revista France Football entregará esta tarde el 50º Balón de Oro, trofeo que, de acuerdo con los pronósticos, recaerá en Ronaldo de Assis Moreira, jugador del Barça nacido en Porto Alegre (Brasil) el 21 de marzo de 1980. La fiesta discurrirá en París, la misma ciudad que acogió al brasileño en 2001, cuando fichó por el París Saint Germain. Huérfano de padre desde los 7 años -su progenitor, portero del Gremio de Porto Alegre, se ahogó en la piscina de su casa-, ha sido su hermano mayor, Roberto -futbolista profesional que jugó en Brasil, México y Japón hasta que se retiró en el Montpellier, francés-, quien ha marcado los parámetros de la carrera de Ronaldinho, que, a corto plazo, incluye no sólo el Balón de Oro, sino también el aspirantazgo a la Liga de Campeones y al Mundial de Alemania con Brasil. La magia de su fútbol y la Liga ganada con el Barça parecen argumentos suficientes para desbancar hoy a Lampard, Henry y Gerard. El pasado jueves, en la Planta Club del hotel Princesa Sofía, atendió a EL PAÍS.
"Nunca bebo de un vaso que no sea el mío; todos hemos visto a jugadores con problemas sin ser culpables"
"Aprendo hasta de los niños en la playa; quizá porque mi fútbol es algo infantil, me divierto como un niño"
"Detrás de cada premio para un futbolista hay un equipo. ¿Qué sería sin los pases de Xavi y Deco?"
"En partidos como el del Bernabéu pienso que Dios sale a mi ladito, que me frena el balón si viene fuerte"
Pregunta. Tras ganar el Mundial de Corea y Japón con Brasil, la Liga con el Barça, el FIFA World Player de 2004, si recibe el Balón de Oro, ¿qué le quedará?
Respuesta. Volver a París y ganar la final de la Liga de Campeones con el Barça, revalidar la Liga, ganar otro Mundial con Brasil y... volver a empezar, marcarme nuevos retos. Para entrar en la historia necesito títulos. Y para jugar al fútbol, sentir la motivación por ganar. Lo conseguido hasta ahora sólo me sirve para animarme a seguir trabajando para mejorar. Soy joven y me queda mucho por hacer. Además, se da por hecho que he ganado el Balón de Oro, pero le puedo jurar que en mi casa hay muchos balones y ninguno de oro. ¡Ojalá el martes vuelva de París con él! Sé que tengo posibilidades de ganarlo, pero ya sabe cómo son estas cosas... Todavía no me lo creo.
P. ¿Ya ha escogido el sitio donde guardarlo?
R. ¡En el banco! No se preocupe que, si me lo dan, lo guardaré bien. Sería un honor muy grande recibir este premio. Sobra con ver la lista de premiados. Están los mejores jugadores de la historia. Que mi nombre pueda salir junto al de ellos sería fantástico, me llenaría de orgullo. Conseguir el Balón de Oro sería alcanzar un sueño por el que he trabajado y luchado durante mucho tiempo.
P. ¿Cuándo supo que existía este trofeo?
R. Cuando lo ganó Ronaldo por vez primera, en 1997. Yo jugaba entonces en el Gremio y, claro, tuvo una difusión muy grande. Pensé que sería bonito conseguirlo algún día.
P. Ronaldo, Rivaldo y ahora seguramente usted. Serían los tres brasileños que han conseguido el premio. Juntos ganaron el Mundial de 2002. ¿Con quién se lleva mejor?
R. No me llevo mal con ninguno. Con los dos tengo muy buena relación. Son excelentes personas, muy buenos compañeros. Me ayudaron mucho a integrarme en la selección. Por cuestión de edad, tal vez esté más cerca de Ronaldo, pero eso no significa que tenga una mala relación con Rivaldo.
P. ¿Qué aprendió de ellos?
R. Siempre aprendo de mis compañeros. Me fijo mucho en mis colegas porque es la manera de ser mejor cada día. Y eso es lo que más me preocupa, mejorar cada día.
P. Futbolísticamente, ¿cuál ha sido su ejemplo a seguir?
R. De niño, quería ser como mi hermano, claro. Pero ¡he aprendido de tantos! De uno, un control. De otro, un regate. De gente anónima, de futbolistas que nadie conoce. Incluso viendo jugar a los niños en la playa o a mi sobrino en el jardín de casa.
P. ¿Tiene su fútbol algo de infantil?
R. Puede ser. Por atrevido. O porque me divierto como un niño jugando al fútbol.
P. ¿Por eso su imagen y su manera de jugar les gusta tanto a los niños?
R. Puede ser. ¡Pero espero que también les guste a los mayores! Soy un profesional y disfruto haciendo lo que hago, pero me tomo mi profesión muy en serio.
P. ¿Es cierto que nunca conduce su coche cuando sale de noche y que jamás bebe de un vaso que no sea el suyo?
R. Tengo marcadas unas normas de conducta, es cierto, porque siempre es mejor prevenir situaciones comprometidas. No cuesta nada. Todos hemos visto cómo algunos jugadores se han metido en problemas sin ser culpables y tratamos de evitar que eso me pase a mí.
P. Habla en plural. ¿Está dirigida su vida?
R. No, para nada. Nunca hago algo que me disguste. Tampoco nos lo planteamos. Hablo en plural porque me refiero a mi familia: a mi madre [controla inversiones inmobiliarias en Brasil], a mi hermana Daisy [lleva la agenda del jugador] y a mi hermano Roberto
P. ¿Le desagrada la faceta mediática añadida de su profesión?
R. No, porque en ese sentido no fuerzo la situación. Tengo unos compromisos publicitarios, no demasiados, y los atiendo. El resto se resume en entrenamientos y partidos. Además, trato de ayudar a los que lo necesitan. Yo gano mucho y ellos no tienen nada. Es justo que lo hagamos. Por lo demás, me comporto como cualquier chaval de mi edad. Tengo una vida muy buena que disfruto junto a mis amigos, pero siempre dentro de unos parámetros de salud porque debo cuidarme mucho. También, de buena conducta porque soy muy conocido y si debo dar ejemplo debe ser un buen ejemplo. Aunque lo que más me gusta de mi profesión es jugar al fútbol, claro.
P. A día de hoy, ¿cree que juega mejor que nadie?, ¿le parece justo ganar el Balón de Oro?
R. Yo no me creo mejor que nadie. No sé si es justo, pero agradezco los premios que me dan porque son una motivación más para seguir mejorando, pero no me hacen sentir mejor que un compañero.
P. El premio al más humilde ya es suyo.
R. No, no es eso. Miro a mi alrededor y veo jugadores extraordinarios. Y sin salir de La Masía [campo de entrenamiento del Barcelona]
P. ¿Ve alguno capaz de hacer lo que usted hizo en el Bernabéu?
R. Aquella fue una noche inolvidable. Es curioso: en partidos de ese tipo siempre me salen bien las cosas. En Brasil, con el Gremio, siempre que jugábamos contra el Internacional me salían partidos extraordinarios. A veces creo que en esos partidos Dios juega conmigo, sale aquí a mi ladito y me frena la pelota si viene fuerte para que la pueda controlar, hace que el bote sea bueno ¡Es fantástico jugar esos partidos!
P. Volviendo al asunto, ¿ha visto algún jugador que se le pueda comparar con la pelota en los pies?
R. Yo creo que en un equipo todos somos importantes. ¿Qué sería del Barça si Puyol y Oleguer no defendieran como lo hacen? ¿Y si Xavi y Deco no dieran esos pases fantásticos? ¿Y sin los goles de Eto'o? ¿Dónde estaríamos sin los partidazos de Márquez? No jugaríamos como lo estamos haciendo por muchas veces que yo tocara la pelota. Detrás de cada premio para un futbolista hay un equipo.
P. ¿Quiere decir que, si no jugara en el Barça, no ?
R. (Interrumpe) ¡Si no jugara en el Barça, todo sería distinto! Soy algo porque me esfuerzo, porque trabajo para ser mejor, y los premios me ayudan a seguir en ese camino, pero no me engaño. Juego en el Barça y juego con Brasil. Eso es definitivo para que el mundo me conozca. Si me dan el Balón de Oro, está claro que un trozo es el premio al esfuerzo de mis compañeros, otro a los socios del Barça y lo que queda, mío y de mi familia.
P. Maradona y Cruyff coinciden en señalarle como el número uno. ¿Algo que decir?
R. Que por venir de donde viene el comentario lo valoro mucho y se lo agradezco. Es un honor, pero al mismo tiempo aumenta las exigencias. En el fondo, jugamos para divertirnos, pero sobre todo para que la gente disfrute. Si Maradona y Cruyff, que han hecho disfrutar a mucha gente, dicen eso es porque les gusta verme jugar, como pasa con los socios del Barça. A todos ellos estoy obligado a darles algo bonito cuando vienen a verme. Lo siento así cada vez que salgo al campo porque es una manera de devolver a la afición del Barça lo mucho que me ha dado. Desde que llegué, nos han tratado de maravilla.
P. Según su compañero Puyol, usted ha marcado un antes y un después en la historia del Barça.
R. Llegué en un momento perfecto para cambiar las cosas: había una directiva nueva, un nuevo entrenador, se estaba construyendo un nuevo equipo Reconozco mi parte de culpa, pero somos todos los que hemos cambiado al Barça: Desde el presidente, Joan Laporta, hasta el último socio, todos hemos empujado en la nueva dirección, todos debemos sentirnos culpables de lo conseguido.
P.¿Dónde está su techo?
R. No lo sé. Últimamente, me sale todo. Estoy en un momento que me sorprende incluso a mí.
P. ¿Por eso se ríe tanto en el campo?
R. Sí, por eso, porque todo lo que intento me sale bien. Es que en el campo soy feliz.
P. ¿Cree poseer un don?
R. Es evidente. De la misma manera que a otros les concede la habilidad para pintar, a mí Dios me ha dado la capacidad de jugar al fútbol. Ése es mi talento. Tengo un don y vivo de él. Pero lo trabajo.
P. ¿Los regates que sazonan su juego no son espontáneos?
R. Hay de todo. Algunos salen durante el partido y otros en los entrenamientos. Si la idea surge en el entrenamiento, se trabaja.
P. ¿Lo que más le gusta es regatear?
R. No. Es algo muy divertido y sé que a la gente le gusta, así que lo ensayo mucho. También me gusta marcar y, sobre todo, dar pases.
P. ¿Sigue pensando que es más pasador que rematador?
R. Sí, es lo que más me gusta. Por ejemplo, me hizo muy feliz el pase a Gabri contra el Werder Bremen. Y, por si quiere saberlo, lo hablamos antes.
P. ¿Prepararon la jugada?
R. Sí. Gabri es muy hábil buscando la espalda de los defensas y, como lo sé, antes de empezar el partido lo hablamos.
P. Hace años dijo que para usted no hay nada más importante que la pelota. ¿Sigue pensando lo mismo ahora que ya es padre?
R. Ser padre cambia muchos valores en la vida, pero no ha cambiado esa idea. Para mí, lo más importante ha sido siempre la familia y después la pelota. Gracias a la pelota tengo una vida que me llena y puedo dar a mi hijo una educación buena. Gracias a la pelota, cuando la miro, siento a mi madre orgullosa de mí. Como, camino, veo la tele, duermo y... siempre tengo una pelota al lado. ¡Si pudiera, me comería la pelota! Gracias a la pelota juego en el Barça La pelota es mi amiga, mi compañera, mi novia. Es todo para mí. Sin la pelota no soy nada. Ah, y si juego en el Barça es gracias a Rijkaard, que es quien manda.
P. Pero llegó al Barcelona gracias al ex vicepresidente Sandro Rosell. ¿Cuántas veces se lo ha agradecido?
R. Entre amigos no es necesario darse las gracias. Él sabe perfectamente lo feliz que me siento y lo agradecido que le estoy.
P. En las últimas semanas, ¿cuántas veces ha pensado en su padre?
R. Cada día. No pasa un solo día sin que me acuerde de él.
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