La polémica de la financiación
L a polémica sobre la cancelación de intereses de créditos concedidos a partidos políticos por parte de entidades financieras, bancos o cajas de ahorro ha puesto todavía más de actualidad la reforma de la ley de financiación de partidos, que se encuentra actualmente en el Congreso de los Diputados en periodo de presentación de enmiendas.
En teoría, la proposición de ley, que fue presentada por ERC y aceptada a trámite por el PSOE, se discutirá en el primer periodo de sesiones del próximo año, es decir, en febrero, pero, de momento, los socialistas han decidido ampliar diez o quince días el plazo de enmienda.
La duda que se plantea ahora es si se debería aprovechar la reforma para impedir en el futuro operaciones como las realizadas en los últimos años por la Caixa de Cataluña respecto al PSC o por la Caixa Galicia con el PP. La práctica de condonación de créditos (o de los intereses) no está considerada jurídicamente como una donación, pero desde un punto de vista político es muy difícil no considerarlas equivalentes.
La duda que se plantea es si se debería aprovechar para impedir en el futuro no sólo las donaciones anónimas, sino también la condonación de créditos bancarios
Si la nueva ley prohíbe las donaciones anónimas y, sobre todo, las realizadas por empresas o fundaciones, tal y como prevé el texto de ERC y como incluían también algunas propuestas anteriores del propio PSOE, sería muy extraño que ignorara el parecido poder corruptor de las condonaciones bancarias, por mucho que estén consideradas hasta ahora como "práctica usual", tanto por el PP como por el PSOE.
Los socialistas aseguran que ésta será una gran ocasión para dar respuesta a los reiterados informes del Tribunal de Cuentas denunciando incumplimientos legales en la financiación de los partidos políticos. La primera de las medidas para mejorar la transparencia será, sin duda, la eliminación de las donaciones privadas anónimas, que acepta actualmente la ley siempre que no superen el 5% del total asignado a ese partido por los Presupuestos Generales del Estado. Las donaciones privadas anónimas son uno de los mecanismos favoritos no sólo del PP, sino también de los partidos nacionalistas vasco y catalán. Si la reforma prospera, las donaciones privadas tendrán que estar identificadas, limitarse a personas físicas y reducirse a menos de 30.000 euros anuales.
La proposición de ley que se maneja ahora, según reconocen fuentes del PSOE, no entra en el tema de la regulación del pago de los créditos bancarios o de los intereses devengados por sucesivas demoras. "Eso no quiere decir que no nos lo planteemos en estos meses", advierte. En cualquier caso, explica, si se introduce un mayor grado de transparencia en la financiación de los partidos, "no será gracias al PP, que siempre se ha negado a identificar a sus donantes".
Los responsables del partido socialista están muy irritados por la campaña popular contra el ministro José Montilla y se reprochan a sí mismos no ser capaces de atajar con mayor rapidez lo que consideran "montajes" del equipo de Mariano Rajoy.
Algunos se declaran casi "asombrados" de la capacidad de "manipulación" de los populares y de su "concentración de fuego". "En la operación contra Montilla han sido capaces, incluso, de movilizar al gobernador del Banco de España, Caruana", se asombra en los pasillos del Congreso un destacado diputado socialista. "El colmo, verdaderamente, sería que el PP se presentara como garante de la transparencia de la financiación de los partidos, cuando somos nosotros los que estamos trabajando para introducir aire fresco", se lamenta un dirigente nacional. "Sería para matarnos, de verdad".
Núcleo permanente
La tarea de coordinar el mensaje del PSOE y de trasladarlo de manera más organizada de La Moncloa a los diferentes ministerios ha sido asumida por lo que algunos llaman el "núcleo permanente".
El grupo, integrado por el presidente del Gobierno, los dos vicepresidentes, Pedro Solbes y María Teresa Fernández de la Vega; el portavoz parlamentario Alfredo Pérez Rubalcaba (omnipresente en todas las esferas de negociación y decisión del PSOE) y el secretario de organización del partido, José Blanco, ya existió en el pasado, pero dejó de reunirse por inoperancia y por ciertas dificultades de relación con el anterior equipo "técnico" de La Moncloa. Ahora vuelve con más fuerza y con una manifiesta voluntad "política". "No esperamos de ellos asesoramiento administrativo. Lo que necesitamos es un impulso político, y eso es lo que nos van a dar", explica con gran sinceridad un miembro del Gabinete. "Hay mucho trabajo por delante".
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