El muelle de Cádiz recupera su pasado con la llegada de una réplica de un buque del XVIII

El muelle de Cádiz ha recuperado su identidad histórica como centro internacional de comercio marítimo. Desde el día 19 atraca en su dársena el nuevo orgullo de la flota sueca, el Götheborg II, una réplica exacta del buque que en el siglo XVIII inauguró la primera línea mercante entre el país nórdico y las Indias orientales con escala en el puerto gaditano. El velero de tres palos, fiel a la tecnología y los métodos de construcción empleados en el navío original, inició su singladura el 2 de octubre en Gotemburgo con destino al puerto de Shangai, donde llegará a mediados de agosto. En su trayecto, tocará, además de Cádiz, puertos de África del Sur, Australia e Indonesia, siguiendo la ruta del XVIII.

La llegada del Götheborg II ha provocado una gran expectación en la bahía, que recuerda cómo el puerto de Cádiz mantuvo una estrecha vinculación comercial en el siglo XVIII con el entonces armador del buque, la Compañía Sueca de las Indias Orientales. El barco solía vender en Cádiz productos nórdicos, especialmente grasas, maderas, alquitrán y metales. Con el dinero obtenido en Andalucía, los mercaderes suecos compraban en su destino oriental sedas, té, especias y vajillas chinas que posteriormente comercializaban en Suecia como productos exóticos.

En cada campaña, el buque empleaba unos dos años de navegación. Su última travesía, en 1745, finalizó en tragedia al encallar en la bocana de su puerto base hundiéndose con toda la carga. Los analistas han señalado como posibles causas una avería del timón e, incluso, un fraude intencionado para cobrar a la compañía de seguros.

Esta aventura comercial, que hoy es recordada como una de las más brillantes páginas de la historia de la navegación sueca, hicieron del Götheborg original, y por tanto de su nueva réplica, un rico navío, fácil en la navegación y dotado de una treintena de cañones con los que defender la carga de los piratas que frecuentaban los mares del Sur.

La réplica atracada en Cádiz es el fruto de una década de trabajo artesanal desarrollado por los maestros madereros del astillero de Terra Nova, en Gotemburgo. "Lo primero que llama la atención al subir a bordo es el olor a madera y a salitre", explicaba en Cádiz el embajador de Suecia en España, Anders Rönquist. En respuesta al interés levantado, la tripulación del Götheborg invita estos días a los gaditanos a un conocimiento más profundo del momento histórico que representa el barco. Además de jornadas de puertas abiertas (excepto el sábado), la delegación sueca ha instalado en el Paseo de Canalejas, próximo al muelle gaditano, la recreación de una pequeña ciudad sueca de la época, montada sobre siete carpas en la que el visitante puede conocer el modo de trabajo de los artesanos que en el siglo XVIII manufacturaban tejidos, maderas y metales. La oferta se completa con un mercadillo de productos suecos y un punto de información turística y empresarial. El barco estará en Cádiz hasta el día 28.