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Loquillo y Sabino Méndez vuelven a colaborar

Se recupera el disco '¡A por ellos!...' y se prepara una película sobre el libro 'Corre, rocker'

Diego A. Manrique

Fue una de las peleas más sonadas de los ochenta. En 1989, Loquillo prescindió de su mano derecha, el guitarrista y compositor Sabino Méndez: ni siquiera apareció en la portada del último elepé conjunto, el doble ¡A por ellos!... que son pocos y cobardes, que se convertiría en su disco más vendido. En 2000, Méndez respondió con Corre, rocker (Espasa Calpe), unas cuidadas memorias que ofrecían una visión muy cruda de aquellos años. Ya es agua pasada: Loquillo y Sabino promocionan juntos la reedición (EMI) de aquel doble, que ahora suma un DVD con 14 temas en directo. El cantante también ha dado su aprobación a la versión fílmica de Corre, rocker.

Hay que frotarse los ojos. Nadie se lo va a creer: Sabino Méndez y Loquillo sentados juntos en la mesa de un restaurante, cediéndose la palabra y no alzando la voz. El cantante únicamente insiste en puntualizar algunas anécdotas del libro de Méndez -por ejemplo, el frustrado viaje al Chile predemocrático- que le dejaban en mal lugar. Precisamente, Corre, rocker ha motivado esta reconciliación. La productora Iberrota adquirió los derechos cinematográficos del libro para una película que dirigirá Jorge Arenillas. Se requería la bendición de Loquillo para utilizar las grabaciones clásicas y un amigo mutuo -"alguien que ha pasado 18 años en el talego y que sabe ejercer de conciliador"- les juntó frente a una paella. Han llegado a un acuerdo razonable: el realizador, fan de ambos, decidirá sobre los puntos espinosos del guión. Pero lo que ha motivado esta comida en Madrid es la reedición de ¡A por ellos!... que son pocos y cobardes, que EMI publicita como "el directo más vendido del rock español" (sí, insisten, más que Rock & Ríos).

En formato de vinilo, aquel doble tenía,recuerda Sabino, "un sonido infernal, lo que era perfecto para la época y para disimular mi torpeza con la guitarra, que sufría los efectos de mis aficiones tóxicas". Jaime Stinus, actual productor de Loquillo, ha remezclado las cintas originales, extrayendo un sonido a la vez nítido y contundente, "ahora es otro disco". También se recupera en DVD una hora de imágenes de aquellos dos conciertos en el Zeleste barcelonés, aunque media docena de temas resultaron inutilizables debido al deterioro de las cintas de vídeo originales.

En su faceta de hormiguita, Loquillo tuvo la precaución de guardar los masters de todo lo que iba haciendo. "Según las discográficas se iban concentrando o reduciendo personal, se deshacían los archivos y mucho material fue robado y ha terminado en subastas o en tiendas de coleccionistas. Una vergüenza: éste es un país que se empeña en renunciar a su historia". La historia que hay detrás de ¡A por ellos!... que son pocos y cobardes -y de Corre, rocker, por cierto- es la de un puñado de amigos que se lanzaron a recuperar la maltratada tradición del rock en español: "En aquellos días, formar un grupo era la forma más divertida de vivir fuera de la ley". Disfrutaron del mítico estilo de vida del rock hasta que perdió la gracia. Sabino confiesa que "entraron todas las drogas de golpe y las abrazamos con pasión, incluso haciendo alardes de nuestra falta de hipocresía al respecto". El guitarrista quedó muy damnificado -"en los conciertos me bajaban la guitarra hasta que no podía escucharse"- y fue despedido inmediatamente después de registrar ¡A por ellos!... Sabino entiende la decisión, que Loquillo justifica con amargura: "Yo estaba muy asustado con su situación. Resultó ser como una maldición; varios de los músicos que entraron después también terminaron en el caballo".

Sabino desconoció los vertiginosos años triunfales tras ¡A por ellos!... que son pocos y cobardes. Hace unas semanas vio de cerca el fenómeno, cuando acudió como guitarrista invitado a la grabación en Bilbao de Hermanos de sangre, el próximo disco live de Loquillo y Los Trogloditas. "Había diez mil personas enfervorizadas y entendí que el rock de grandes recintos requiere tocar con determinado ritmo, con un empuje específico. El problema está en no conformarte con una caricatura light de tu estilo. Eso es algo que los Stones entienden perfectamente".

Para Loquillo, el sonido taladrador de ¡A por ellos!... reflejaba su inmadurez. "Estábamos reinventando el rock en castellano y nos salía algo como el pub rock de mediados de los setenta o el punk rock más abierto. Una música que, de todos modos, era asumida por el público". También conviene resaltar que la industria discográfica estaba recelosa del rock. "El presupuesto total para ¡A por ellos!... fue de 1.800.000 pesetas, que incluso entonces resultaba ridículo. Los contratos que firmamos con Hispavox eran realmente feudales: creo que cada uno de nosotros se llevaba el 1% de las ventas". Una sonrisa de complicidad: "Ahora, para la reedición, EMI ha aceptado resarcirnos."

El cantante Loquillo, en el centro, y el guitarrista y compositor Sabino Méndez, apoyado en su hombro, con la banda al completo de Loquillo y Los Trogloditas.
El cantante Loquillo, en el centro, y el guitarrista y compositor Sabino Méndez, apoyado en su hombro, con la banda al completo de Loquillo y Los Trogloditas.
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