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Renfe denuncia que los maquinistas de Chamartín mantienen una huelga encubierta

Los conductores causan acumulaciones de miles de pasajeros en las horas punta

F. Javier Barroso

Los maquinistas de Chamartín están haciendo una huelga encubierta, lo que está generando graves problemas a los usuarios. Algunos trenes acumulan retrasos de hasta 45 minutos en plena hora punta, lo que se traduce en acumulaciones de centenares de personas en los andenes, en especial en la estación de Atocha. Los vigilantes de seguridad han cambiado sus funciones y se dedican a empujar a la gente en los trenes. Ya se han producido algunos conatos de agresión a los conductores que han sido frenados por los empleados de seguridad, según fuentes de la compañía.

La huelga encubierta que denuncia Renfe se produce desde el pasado 7 de noviembre. Los maquinistas de Chamartín exigen una subida salarial de 260 euros al mes, sin ninguna contraprestación por su parte. El salario medio de estos profesionales oscila entre los 2.600 y los 3.600 euros, según fuentes de Renfe. Las pretensiones iniciales eran de una subida de 600 euros al mes, pero han bajado sus exigencias a la vista de que la compañía ferroviaria no tiene la intención de ceder.

Las argucias que usan los maquinistas son trabajar a reglamento o simular averías, según fuentes de Renfe. Son capaces de parar un tren porque no hay botiquín o porque no lleva los focos (linternas) que son preceptivos, según el reglamento. Otras veces dicen que han oído un ruido extraño en una de las ruedas o que algún objeto ha golpeado el tren.

Los responsables de Renfe están tomando medidas para denunciar a los maquinistas por desarrollar una huelga encubierta. Un caso similar ha sido recientemente ganado por la compañía en los tribunales de Vizcaya.

Empujones

Las demoras que generan los maquinistas en plena hora punta se están traduciendo en enormes aglomeraciones en las estaciones, en especial en Atocha. Miles de pasajeros se agolpan en este punto neurálgico procedentes de otras líneas, debido a que no llegan los trenes que les trasladen hasta Nuevos Ministerios y Chamartín. Cuando llega algún convoy, los vigilantes se encargan de empujar a la gente para que entre mayor número de usuarios.

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"La gente está tan desesperada que han llegado a ir hasta seis personas en un metro cuadrado, es decir, muy apretados", señalan fuentes de Renfe. "No queremos pensar qué ocurriría si alguna de las personas que está esperando sufriera algún problema. O si alguien se despista puede haber una avalancha y caer más de un viajero a las vías", explican.

Un convoy entró hace poco en una estación e hizo señales con las luces a los vigilantes que había en el andén. Éstos subieron al primer vagón (desde donde se conduce el tren) y pararon a un numeroso grupo de pasajeros que querían linchar al maquinista. Éste abrió y huyó por las vías. Al final se refugió en el cuarto de conductores, mientras los encargados de seguridad intentaban calmar los ánimos.

Estos problemas los sufren a diario miles de personas. Entre ellas está una vecina de Guadalajara, Ana Gago, que es auxiliar administrativo en una empresa editorial desde hace 11 años. Desde que empezó la huelga encubierta llega todos los días tarde a trabajar. El motivo es que los maquinistas han suprimido el tren de las 7.25 que sale de Guadalajara. "Voy todos los días estresada. Llego con taquicardias de ver cómo se me hace tarde todos los días. No puedo irme en autocar o en el coche porque la carretera de Barcelona está a esas horas atascada", comenta la afectada. "Todo el mundo tiene derecho a hacer huelga, pero no de esta manera. El otro día metieron un tren de un solo piso y la gente iba muy agolpada. Tuvimos que ir de pie durante más de una hora y con un montón de pasajeros", añade Gago.

Fuentes de la compañía también aseguran que los maquinistas están repartiendo panfletos, sin firma ni sello, en los que niegan que haya una huelga encubierta. El texto de ese escrito asegura que la escasez de personal hace imposible la circulación de todos los trenes programados, por lo que "la empresa suprime servicios por falta de personal". Renfe asegura que en Chamartín prestan servicio 350 maquinistas y que su jornada laboral no supera las 17 horas a la semana.

"La responsabilidad de los retrasos se debe en todo caso a la dirección de cercanías, que de forma deliberada está provocando que el conflicto se genere entre los viajeros y los maquinistas, suprimiendo trenes diariamente sin comunicarlo a la opinión pública y pretendiendo la confrontación entre viajeros y maquinistas para así desvirtuar sus intenciones", afirma el escrito.

Los maquinistas mantienen que están "cumpliendo escrupulosamente el reglamento que regula la circulación de trenes". También facilitan el correo electrónico y los números de teléfono del gerente de cercanías y del jefe de Tracción de Madrid para que presenten quejas ante él.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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