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Gallardón permitirá que los bares tengan terrazas acristaladas durante el invierno

El regidor quiere llenar la ciudad de veladores al estilo de París y RomaEn los veladores al aire libre se podrá fumar

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, quiere llenar de terrazas las calles de Madrid. Sus espejos son París y Roma, donde muchos bares y restaurantes mantienen abiertos los veladores todo el año, al aire libre en verano y acristalados o con calefacción, pero en la vía pública, en invierno.

Por eso, la Concejalía de Coordinación Territorial ha creado una comisión que, en los próximos meses, propondrá una modificación de la ordenanza para ampliar los modelos de terrazas. Los técnicos municipales, sin embargo, son conscientes de que Madrid tiene un problema: la estrechez de la mayoría de sus calles.

Cada año, cerca de 2.000 locales sacan a la calle mesas y sillas para que los clientes puedan consumir al aire libre, según los datos del Ayuntamiento. Pero la inmensa mayoría sólo pide licencia para los meses de primavera y verano, mientras dura el buen tiempo.

"Es una pena que una ciudad como Madrid, con tantos meses de sol y tanta vida en la calle, no pueda disponer de terrazas durante todo el año", afirma Gallardón. De ahí que haya encargado a los responsables de la Concejalía de Ordenación Territorial, dirigida por José Manuel Berzal, que hagan una propuesta de modificación de la ordenanza de 2001 que regula estos veladores.La actual ordenanza da una definición precisa de las terrazas: "Instalaciones formadas por mesas, sillas, sombrillas, toldos, jardineras y otros elementos de mobiliario urbano móviles y desmontables, que desarrollan su actividad de forma aneja o accesoria a un establecimiento principal de bar, cafetería, restaurante, bar-restaurante, café-bar, taberna, chocolatería, heladería, salón de té, croisantería, bares y restaurantes de hoteles y salones de banquetes".

La normativa añade: "Sólo podrán realizar la misma actividad y expender los mismos productos que el establecimiento del que depende". Y establece unos límites: no podrán instalarse en aceras con anchura inferior a 4,5 metros, ni podrán exceder los 100 metros cuadrados.

El "cerramiento" del velador con paredes de cristal o con una cubierta sólo está permitido en un caso excepcional: "Cuando por su situación ocupen una posición privilegiada desde la que se puedan contemplar paisajes urbanos de singular valor histórico-artístico o arquitectónico o existan otras razones de interés general que lo justifiquen".

Ahora, el gobierno municipal quiere flexibilizar esos requisitos para que puedan instalarse terrazas acristaladas o con estufas modelo seta -algo que ahora también está prohibido- lo que estimularía a muchos locales a pedir la licencia anual.

"Hay calles en las que no será posible conceder nuevas licencias, porque son calles estrechas y una terraza de esas características entorpecería el paso de los peatones. Pero otras zonas, como el paseo de Rosales o todo el terreno que quedará liberado tras el soterramiento de la M-30 bajo el río Manzanares, son perfectas para instalar veladores de este tipo", argumenta el concejal José Manuel Berzal, antes de negar que la medida tenga "afán recaudatorio".

La tasa que paga al Ayuntamiento de Madrid una terraza de 100 metros oscila, en función de la calle en la que se ubique, entre los 400 y los 2.700 euros por un periodo de ocho meses.

"En Roma los veladores se sitúan al borde de la calzada. En París son una prolongación acristalada de muchos locales. Sabemos que en Madrid no podrá ser exactamente igual, porque tenemos el límite del ancho de calle, y ésa es una de las cosas que va a estudiar la comisión. Además, queremos introducir flexibilidad pero, a la vez, ser rigurosos en los requisitos sobre el control de ruidos o los límites en la ocupación de la vía pública", explica Marisa Castañeda, directora general de Ordenación Territorial.

Ella cree que el proceso de modificación de la ordenanza "será largo", porque la comisión quiere escuchar a vecinos y comerciantes, pero confía en poder tener lista la nueva normativa "en la primavera de 2006".

Las juntas municipales de distrito, que son quienes tienen la competencia de conceder las licencias de funcionamiento de las terrazas, no han notado un aumento relevante de solicitudes a raíz de la aprobación de la ley antitabaco, que entrará en vigor el próximo enero y obligará a destinar a los no fumadores el 70% del espacio en todos los locales de más de 100 metros cuadrados.

En realidad, las terrazas acristaladas no resolverían el problema de los fumadores, porque "en ellas tampoco se podría fumar", subraya Castañeda.

Pero la autorización para instalar sistemas de calefacción con estufas tipo seta en los veladores al aire libre sí sería una solución para muchos locales y para sus clientes fumadores.

De hecho, diversos restaurantes de la capital ya recogen firmas entre sus clientes. En los formularios que pasan a la firma de los comensales se pide al Ayuntamiento que permita la habilitación de zonas exteriores para los fumadores.

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