Una tarde en el campo

Ustedes viven mal, a oscuras en esas butacas, cuando aquí dentro está el sol", dice al público uno de los intérpretes de Historia natural (elogio del entusiasmo), montaje de la compañía compostelana Matarile Teatro que abrió en octubre la temporada del Teatro de La Abadía de Madrid. Ana Vallés, directora de Matarile, lleva cerca de veinte años produciendo espectáculos teatrales que andan a un paso de la danza. Con su equipo de la Sala Galán organiza también En Pé de Pedra, festival que cada verano pone a bailar sobre las rúas empedradas de Santiago a una decena de compañías de todo el mundo. Cada vez hay más festivales callejeros como éste, dirigidos al paseante antes que al especialista. Su espíritu festivo ha ido impregnando los espectáculos de sala de Matarile. Desde 12 Rounds, el primero que vi, hace una década, han ido ganando brillo. Historia natural, que se representa próximamente en A Coruña y en Compostela, es un trabajo solar. Baltasar Patiño, codirector, iluminador y escenógrafo de la compañía, desembaraza el espacio escénico de patas, cajas y telones, y lo arropa con luz cálida, diurna. La obra no tiene argumento, es acción pura. Sus intérpretes entran, montan una mesa larga, descorchan botellas y beben, tocan el trombón, la trompeta, la tuba, desfilan procesionalmente... Hay chicas con pelucones que se desnudan y tienden en el suelo, generosas, entre hombres vestidos de fiesta, como en La merienda campestre, de Manet. El límite entre los personajes y sus intérpretes está desdibujado: actores, bailarines y músicos se llaman por su nombre de pila real. No necesariamente son sinceros, pero predisponen al público a creerles. Este recurso, muy extendido en el teatro actual, sobre todo entre compañías en las que el director es también autor, viene del teatro-danza de Pina Bausch, del cabaré literario, de las variedades... Se usaba en la revista. En El año pasado por agua, de Chueca, Valverde y De la Vega, Julio Ruiz, cómico con fama de mujeriego, se representaba a sí mismo. "¿Cómo se llama usted, señor?", le pregunta en la ficción una modista a la que acaba de tirar los tejos. -Julio Ruiz. "¿El actriz?" -El actor.

Antes que obra de teatro, Historia natural es una fiesta, animada por una banda de pueblo, como la que Jérôme Deschamps sacaba en Los pensionistas para mover a sus personajes beodos y tambaleantes en la coreografía más felizmente desastrada que se haya visto jamás. Los once intérpretes de Matarile visten como la burguesía rural, o como los labradores en domingo, y trabajan a una, los músicos amalgamados con actores y bailarines. Todos participan de todo, y, tras poner mantel y cubiertos, engullen como bárbaros boronas, pollo, queso y fruta. Chupan, sorben y callan, de frente al público, tras una mesa eterna, durante diez minutos breves. Hacen del comer algo intenso, casi emocionante. Luego toca la banda, y los paisanos bailan en serio y en bufo.

Otros espectáculos fragmentarios repiten una receta que ya cansa: empalman monólogos dichos al público o a un convidado de piedra, solos de danza y coreografías en grupo. Vallés no desprecia tales ingredientes, pero los liga, los enriquece y les da otra cocción. Su troupe hace un trabajo complejo, con momentos álgidos. Dos ejemplos: el solo desesperado de Guillermo Weickert, siempre in crescendo, sostenido por Sergio Zearreta a la batería. Y la interpretación evocadora que Zearreta hace del tango de Gardel y Le Pera Por una cabeza, doblado desde la segunda estrofa por Eliseo Perrín, acompañados por el resto de la banda. Por el compromiso y la polivalencia de sus intérpretes, cabe situar Historia natural en una corriente en la que figuran espectáculos como Isabella's Room, de la Needcompany, dirigida por Jan Lauwers (hoy en el Teatro Central de Sevilla), y Foi, de Les Ballets C de la B, dirigido por Sidi Larbi Cherkaoui, que tienen detrás un soporte económico mucho mayor. En el Festival de Valladolid se representó al aire libre, y en La Abadía tuvo un espacio idóneo, con el público en grada. No me lo imagino igual de cálido en teatros a la italiana, como los que le tocan ahora.

Historia natural. A Coruña. Teatro Rosalía de Castro. 26 de noviembre. Compostela. Teatro Principal. Del 1 al 4 de diciembre. Valencia. Festival VEO. 18 y 19 de febrero de 2006.