Las orquestas jóvenes españolas se unen para incrementar la cooperación

Si alguien hubiera dicho hace 25 años que ayer se presentaría en el Auditorio Nacional de Madrid una iniciativa como la de la Asociación Española de Jóvenes Orquestas (AEJO) lo mirarían como un loco, listo para ser encerrado. Pero las cosas cambian a velocidad de meteorito en el mundo de la música clásica española, y del erial de hace tres décadas hemos pasado ahora a auditorios, orquestas en cada comunidad autónoma y a un gran recambio, porque las 10 formaciones fundadoras de la AEJO son sobre todo eso, la prueba del recambio generacional en el mundo sinfónico.

José Luis Turina, director de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), es el presidente de la nueva asociación, a la que ya se han adherido la Jove Orquestra Nacional de Catalunya, la Joven Orquesta de Gran Canaria, la de la Comunidad de Madrid, la de la Generalitat Valenciana, la Sinfónica del Principado de Asturias, la Orquesta Joven de Extremadura, la de la Sinfónica de Galicia, la Sinfónica de Tenerife, la decana de las jóvenes orquestas españolas, que es la de la Región de Murcia, y, por supuesto, la JONDE.

Los jóvenes músicos españoles ven salidas de futuro en las orquestas. "Hace unas décadas, si un chico de 20 años quería dedicarse a la música pensaba en el futuro como solista. Ahora, la mayoría se ven dentro de una orquesta", aseguraba ayer Turina, acompañado en la presentación de David del Puerto, que fue compositor residente de la JONDE entre 1999 y 2000, y Josep Pons, director de la Orquesta Nacional, con un currículo intenso en orquestas jóvenes como la Nacional de Catalunya, a la que vio nacer y a la que acompañó ocho años. "Soy un fan de la música, de las orquestas, de los jóvenes y del asociacionismo, así que celebro que se haya creado esta nueva iniciativa", aseguraba Pons, satisfecho del camino que les queda por delante.

Turina especificó los objetivos de la nueva asociación: "Cooperación y coordinación constante, intercambios múltiples, desde instrumentistas e instrumentos, si llega el caso, a información o formación. La intención es tener un foro común porque es difícil que las jóvenes orquestas cuenten con sedes y espacios propios", comenta Turina. También buscan lo que el responsable de la AEJO llama "trato de favor". "¿Por qué no? Para que se puedan utilizar espacios, estructuras con las que no cuentan", afirma el músico.

El apoyo a las jóvenes orquestas es una prueba del desarrollo de la música, un termómetro que mide si el sistema funciona o no. "Es un escaparate que muestra los progresos porque en las orquestas jóvenes, que son ese espacio intermedio entre sus estudios y la vida profesional, a sus miembros se les inculca, además de una formación musical, una actitud ética, de disciplina y responsabilidad que luego son cruciales en su futuro".