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Reportaje:

Curvas peligrosas

La Junta entra en el accionariado del circuito de Jerez y exige cambiar por completo el modelo de gestión económica

El duelo de Valentino Rossi y Sete Gibernau en la última vuelta del Gran Premio de España de Motociclismo celebrado el pasado mes de abril en el circuito de Jerez no fue tan intenso y emocionante. Al menos, si lo comparamos con la pugna que han mantenido estos días la alcaldesa de Jerez, la socialista Pilar Sánchez, y su primer teniente de alcalde y líder del PSA, Pedro Pacheco, a la hora de encontrar una fórmula para salvar al trazado de velocidad de la quiebra económica a la que estaba condenado tras años de deudas y batallas políticas no resueltas.

En aquella carrera de MotoGP ambos pilotos se tocaron en la última curva, Gibernau se salió de la pista y Rossi cruzó la línea de meta en primera posición. Aún es pronto para saber si entre los socios de gobierno del Ayuntamiento jerezano habrá vencedores y vencidos, aunque lo importante aquí es que, después de estar sometido demasiado tiempo a vaivenes partidistas y crisis financieras, sea el propio circuito el que salga ganando en cuanto a estabilidad y futuro. Y es que no hay que olvidar que, pese a su delicada situación contable, el trazado es una importantísima fuente de ingresos y un escaparate al mundo de Jerez y toda la provincia de Cádiz, un caramelo para el sector turístico que nadie quiera dejar de paladear.

La solución alcanzada para sacar al circuito de velocidad del boquete económico en el que está sumido -con una deuda de unos 65 millones de euros- puede gustar más o menos. Como ha ocurrido con otras empresas en Andalucía, el dinero público acude al rescate, aunque en esta ocasión ya no es sólo el Ayuntamiento de Jerez el que se tiene que rascar el bolsillo, sino que la Junta, dejando a un lado las reticencias y dudas que había planteado siempre, ha decidido entrar de lleno en el accionariado de Cirjesa, la empresa municipal que gestiona las instalaciones. El Gobierno andaluz ha comprometido 18 millones de euros en los tres próximos años y obtendrá entre el 25% y el 35% de las acciones, mientras que el Consistorio se hará con el resto de la sociedad a cambio de los terrenos en los que se levanta el trazado y seis parcelas aledañas, propiedad también del municipio. Será una complicada operación de ingeniería financiera jalonada de compensaciones de créditos y recalificaciones urbanísticas, pero es la única salida en la que los socios se han puesto de acuerdo.

La deuda

La deuda del circuito se reparte entre ACS, a la que se le adeudan 30 millones por las obras de remodelación ejecutadas hace tres años en el trazado; y el propio Ayuntamiento de la ciudad, que ha soltado 19 millones de euros para pagar los grandes premios de motociclismo que se han venido celebrando, y al que también se le debe una cantidad similar en concepto del canon de cesión de los terrenos a Cirjesa.

Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación?, y ¿cuál es el camino a seguir para que en el futuro no se repita el mismo escenario? Desde las filas socialistas se entiende que hay que cambiar por completo el modelo financiero que preside la sociedad. De hecho, ésa es una de las exigencias impuestas por el Gobierno andaluz para desembarcar en el accionariado. Cirjesa tiene desde hace años cedida la explotación del trazado a una empresa privada llamada Gestión Circuito Jerez -integrada por las sociedades Dorna y Two Wheels- que desembolsa alrededor de medio millón de euros anuales por estos derechos. Sin embargo, la empresa municipal ha seguido haciendo frente con el dinero del Ayuntamiento, que era hasta ahora el único responsable, a los gastos del mundial de motos (unos 5 millones de euros de canon por cada gran premio), al mantenimiento y a las obras que se han ejecutado en las instalaciones. Este desfase entre gastos e ingresos en las arcas municipales es el origen mismo de la bancarrota del circuito, según el PSOE, cuya intención es que, tras la ampliación de capital y la llegada de la Junta, se modifiquen las condiciones de cesión a Gestión Circuito Jerez. "De esta forma, además, se podría dar la entrada de inversores privados en la sociedad", recalcan los socialistas.

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La posición defendida por el PSA y Pedro Pacheco, al que sus socios le reconocen el mérito de haber colocado a Jerez en la élite del mundo del motor y, al mismo tiempo, le señalan como principal responsable de la debacle económica del trazado de velocidad, centra sus argumentos en el "abandono" al que la Junta de Andalucía ha sometido al circuito desde su creación en 1986, dejando todas las cargas económicas en manos del municipio jerezano. "Sólo ahora, cuando el PSOE ha conseguido la alcaldía, es cuando han decidido apostar por este proyecto", espetaba un dirigente del PSA.

La incógnita de la fórmula 1

Aunque es uno de los objetivos que tiene la Junta, no será fácil que el circo de las cuatro ruedas regrese en un corto espacio de tiempo a Andalucía. El trazado andaluz ha albergado siete pruebas del Mundial de Automovilismo de fórmula 1, las celebradas entre las temporadas 86 y 90, y dos más que llegaron en el 94 y el 97 bajo el nombre del Gran Premio de Europa, puesto que el que correspondía a España ya estaba en manos del circuito de Montmeló. El modelo que sigue el trazado catalán, en cuyo accionariado manda la Generalitat, aunque con la presencia del Ayuntamiento de Montmeló y capital privado como el del Real Automóvil Club de Cataluña, sería el idóneo para aplicar aquí, sobre todo por las notables diferencias que arroja el resultado económico de estas instalaciones, donde hasta el momento no han aparecido números rojos. Pero en el caso de Jerez, las restricciones impuestas por la legislación en cuanto a publicidad de tabaco o bebidas alcohólicas y la frágil consistencia económica del circuito hacen complicado hacerse con una prueba de fórmula 1, cuyo coste puede rondar los 12 millones de euros. No obstante, Junta y Ayuntamiento son conscientes de la repercusión internacional y los beneficios que puede generar un acontecimiento de estas características y no están dispuestos a renunciar a ello, aunque insisten en la necesidad de que aparezcan patrocinadores privados. En ese sentido, el circuito jerezano ha recibido en los dos últimos años algunas ofertas, incluso por la totalidad de las acciones, de inversores como Tempa o Newman Internacional, aunque en unas condiciones no demasiado favorables para la sociedad, por lo que el Ayuntamiento ha decidido no ejecutar dichas operaciones.

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