"Es imposible reeducar a un terrorista"

Isidoro Hidalgo (Fuente Obejuna, Córdoba, 70 años) se jubiló ayer tras pertenecer 41 años al Ministerio Público, los 13 últimos como fiscal jefe de Cádiz.

Pregunta. ¿Con qué sabor de boca deja la profesión?

Respuesta. Con algunos sinsabores que procuro olvidar. Ha habido más buenos momentos porque le he dedicado mucho tiempo a esta profesión. Soy vocacionalmente fiscal.

P. ¿Ha contado con los medios suficientes para su labor?

R. Los problemas son los mismos que cuando vine, pero algunos se han acentuado por la crisis de personal que sufrimos ahora. En estos 13 años, el aumento de competencias ha sido una constante. Ha cambiado el procedimiento penal al requerir la presencia del fiscal en muchos sitios cuando no es un hombre de calle. La justicia que se requiere es muy cara y los presupuestos no aumentan en la misma proporción.

"¿Cómo voy a hablar de hachís sin comprometer la posición de España?"

"¿Quién va a ver los monos? Gibraltar es un paraíso para el blanqueo"

P. ¿Qué mejorará la figura del fiscal antidroga?

R. Internamente, nada. Se da respuesta a una demanda política y de algunas asociaciones, pero no de la fiscalía porque las organizaciones que se persiguen son pequeñas. Por eso no llegan a la Audiencia Nacional.

P. ¿No hay narcotráfico a gran escala?

R. No ha habido grandes redes. Lo he discutido mucho con la policía judicial. Son multitud de delincuentes en muchas poblaciones que forman un entramado pero cada uno hace el negocio por su cuenta.

P. ¿Hay descoordinación en los cuerpos de seguridad?

R. En algunos supuestos, sí porque hay exceso de celo. Ante una operación a la vista, los cuerpos quieren detener a los delincuentes y, a veces, se han estorbado. No ha sido la regla general y he encontrado su colaboración.

P. ¿Cómo ha vivido la Fiscalía el fenómeno de la inmigración clandestina?

R. Hubo una avalancha en Algeciras donde llegaban a cientos, pero ese fenómeno no generó muchos delitos salvo el que conducía la patera. Luego, están las secuelas: personas que residen en España sin dinero y sin trabajo son un foco de delincuencia menor y un problema casi siempre para el inmigrante al que intentarán explotar. Las mafias han utilizado además a muchos inmigrantes y menores para traer droga como pago del viaje.

P. ¿El naufragio de la patera de Rota se cerró en falso?

R. Desde el primer momento se buscó la responsabilidad de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo cuando no tenían embarcaciones en condiciones. Además, este naufragio tuvo la peculiaridad de que los náufragos no solo no pidieron auxilio sino que lo rechazaron.

P. ¿Por qué la Fiscalía no actuó en la Zona Franca?

R. El Tribunal de Cuentas, cuando detecta una irregularidad, está obligado a enviar al fiscal de Cádiz un tanto de culpa y aquí no ha llegado nada.

P. ¿Cómo ve este caso?

R. He visto la querella, de la que discrepo en algunos puntos técnicos, pero creo que hay dos principales culpables. Uno no está en España [Manuel Rodríguez de Castro], y otro es el de Quality Food [Manuel García Garllardo]. No sé en qué concepto está implicado Osuna: más bien por no actuar o volver la cabeza para otro lado.

P. ¿Qué caso le ha impresionado más en su carrera?

R. El de una mujer violada y a la que intentaron asesinar. El acusado se fue de rositas por un pequeño error tipográfico. El caso Juan Guerra fue muy voluminoso y complejo. Con todo, los delitos de terrorismo me producen especial repugnancia y un impacto negativo porque implica bajeza intelectual. Hay que ser descerebrado para intentar resolver problemas políticos matando personas que no tienen nada que ver. Le estamos aplicando correctivos que son inapropiados porque es imposible reeducar a un terrorista: se considera un héroe y un soldado.

P. ¿Cómo se le puede decir a los padres de Klara Garcia que la liberación anticipada de una de las asesinas de su hija es aplicar justicia?

R. El problema es la ley del Menor, que mira al menor y no a la víctima ni a los perjudicados al no tener la condena un sentido de pena. Hasta que no cambien la ley no se puede hacer nada y los padres sentirán una enorme impotencia porque el castigo, de cuatro o cinco años, es corto. Un asesinato de ese calibre tiene una pena normal de 20 años.

P. ¿Hay blanqueo de capitales en Gibraltar?

R. Es muy difícil investigar eso. El blanqueo procede del dinero de la droga y se limpia comprando fincas. Se debería crear técnicos especiales en contabilidad que analicen estos temas. Además, el problema de Gibraltar es que tropiezas con la soberanía británica, pero yo no he visto un sitio con más bancos y oficinas. Es un paraíso para el blanqueo. En la operación Ballena Blanca hay empresas de Gibraltar. Una ciudad como Gibraltar solo puede vivir del comercio y del turismo. La gente va allí a cambiar dinero, comprar whisky y gasolina más barata, pero ¿quién va a ver los monos en aquellas peñas asquerosas?, porque Gibraltar como ciudad no vale un duro.

P. Usted ha discrepado en los casos Semilla, Manzanilla o Estela con el juez de El Puerto López Marchena. ¿Ha sido el peor momento de su carrera?

R. Fue cuando más se me cuestionó públicamente y encontré una falta de apoyo total en los partidos, especialmente del gobernante. He llegado a pedir audiencia a la presidenta del PP de Cádiz para que diputados populares, como Aurelio Sánchez, no me presionaran y a mí no se me ha hecho ni puñetero caso. Me he sentido muchas veces puteado y sin motivo porque estaba haciendo lo que tenía que hacer. Observamos una posible nulidad en el caso Estela y la pedimos. Entonces, fueron todos contra mí por la nulidad, se rompió la colaboración con la Guardia Civil y hubo medios que señalaron a la Fiscalía como culpable.

P. ¿A qué se va a dedicar?

R. No descarto colaborar con un despacho de abogados. Veré también si puedo escribir algo con el material que tengo.

P. ¿Sobre narcotráfico?

R. Hay temas que son complicados: ¿Cómo voy a hablar de la colaboración de Marruecos en la producción de hachís? Y, ¿cómo voy a hablar sin comprometer seriamente la posición de España? Prefiero no hablar.