El empresario Vilar acusa a Fabra de aportar sellos para falsificar documentos
El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, diseñó la estrategia de manipulación de documentos y aportó los primeros sellos falsificados para presentar la documentación con la que el Ministerio de Agricultura autorizó la fabricación de varios productos fitosanitarios, según declaró ayer el empresario Vicente Vilar, imputado, como Fabra, por un presunto delito de falsedad documental. Vilar, que ayer fue interrogado por el fiscal anticorrupción, aseguró ante la titular del Juzgado número 2 de Nules que la "idea" de manipular análisis fue sugerida en 1999 por una asesoría en la que trabajaban ex altos cargos de Agricultura. Y añadió dos personas al elenco de cargos a los que pagó para tratar de acelerar las autorizaciones: un director general y un subsecretario del ministerio. Vilar aportó 43 tampones falsos y documentos, originales y copias manipuladas, utilizados hasta 2002.
Vilar presentó una denuncia en la que se autoinculpó de la manipulación de memorias analíticas y señaló a su ex mujer, Monserrat Vives, al presidente de la Diputación de Castellón y presidente del PP provincial, Carlos Fabra, y a la esposa de éste, María Amparo Fernández, como cómplices y coautores de este presunto delito. Los cuatro están imputados también por la presunta comisión de uno o varios delitos contra la Administración y Fabra, además, por un presunto delito fiscal. Toda la investigación se desató después de que Vilar acusara al líder del PP de cobrarle cantidades millonarias por mediar ante la Administración central para agilizar las autorizaciones para fabricar productos fitosanitarios.
Durante el interrogatorio Vilar explicó que la sugerencia de llevar a cabo las manipulaciones surgió de una entrevista, en la que Fabra estuvo presente, con un grupo de asesores, entre ellos un ex alto cargo de Agricultura. "Y decidimos hacerlo", dijo. Así, obtenían membretes, sellos y firmas de documentos originales procedentes de fabricantes asiáticos y, con esos elementos, realizaban informes analíticos falsos pero sujetos a las condiciones que exigían Agricultura y Sanidad. Dos químicos se encargaban de hacer los informes y un "pequeño departamento" realizaba la tarea de montar, sellar y firmar los documentos. Según Vilar, los primeros tampones utilizados, 12 en total, fueron aportados por el chófer de Fabra y los demás, por un proveedor de etiquetas.
Las "burdas" falsificaciones, según reconoció Vilar, contaban, una vez en el ministerio, con otras "ayudas". Por una parte, explicó, los técnicos recibían presiones políticas de cargos intermedios y diputados del PP. Para lograr estas "ayudas", Vilar dijo haber pagado y obsequiado a un diputado, al entonces subdelegado del Gobierno, al propio Fabra y, tal como añadió ayer, a un subsecretario 40 millones de pesetas, y a un director general, otros tres.
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