El nuevo director de la televisión gallega denuncia que hay 54 millones en compras sin justificar

El nuevo director general de la Compañía de Radio y Televisión de Galicia (CRTVG), Benigno Sánchez, denunció ante el Parlamento autónomo que las cuentas del anterior equipo directivo revelan una "desviación presupuestaria" de 54 millones de euros. Esa cantidad, según Sánchez, se ha acumulado en los últimos cuatro años, y la mayor parte se gastó en la compra de material audiovisual a productoras privadas. Fuentes de la compañía informaron de que se trata de material que permanece almacenado sin emitir o, en algún caso, incluso no hay constancia de que se haya recibido.

Sánchez lleva cinco semanas en el cargo, para el que fue designado por el Gobierno de coalición entre socialistas y nacionalistas que ha relevado al PP en la Xunta de Galicia. El director general compareció en el Parlamento para explicar los presupuestos de la compañía, y realizó un severo diagnóstico sobre la "grave" situación financiera de los medios públicos gallegos. La CRTVG tiene una deuda de 84,1 millones de euros, de la que el 90% ha de ser satisfecha a corto plazo. Sánchez relató los problemas de la compañía para pagar a sus proveedores, que, por término medio, tardan 250 días en cobrar. Al final de este año, el déficit de tesorería alcanzará los 46 millones.

El nuevo equipo de TVG asegura que sólo una semana después de haber tomado posesión ya comprobó que la situación financiera no se correspondía con los datos oficiales. Para corroborarlo encargó un informe de auditoría, cuyos resultados confirman que la CRTVG se gastó en los últimos cuatro años 54 millones más del presupuesto autorizado por el Parlamento en "compras masivas" de material audiovisual cuya utilidad se pone en duda. En las próximas semanas se hará un inventario exhaustivo de esas producciones.

El PP acusó ayer al nuevo equipo directivo de "manipular" los datos y de "ocultar deliberadamente" un ingreso de 45 millones de euros por devoluciones del IVA. Los populares señalan que las cuentas de los anteriores gestores eran auditadas cada año y siempre ofrecieron un balance "limpio y transparente".