El Senado de Estados Unidos acusa a las petroleras de subidas de precios abusivas

El Comité de Energía del Senado de EE UU mantuvo ayer un inusual debate con los ejecutivos de las grandes petroleras para analizar su política de precios, a raíz de los espectaculares beneficios que han tenido en el último año por el alza del crudo. Las compañías se defendieron diciendo que las alzas de la gasolina y el gas natural están fuera de su control y se debe a las condiciones del mercado, pero admitieron el daño que provocan al bolsillo de los ciudadanos. Las cinco mayores petroleras ganaron 33.000 millones de dólares (28.000 millones de euros) en el tercer trimestre.

La audiencia se celebró a petición del senador republicano Bill Frist para analizar el impacto de los huracanes Katrina y Rita en la industria y en la factura energética este invierno. Del lado del sector testificaron los presidentes ejecutivos de ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips, BP y Shell, las cinco grandes petroleras que operan en EE UU. Los senadores pusieron en evidencia la creciente preocupación de los estadounidenses por el alto coste del precio de la energía, que se ha triplicado en los últimos años.

Daniel Inouye, demócrata por Hawai, lamentó que se estén haciendo importantes sacrificios tras el azote de los huracanes Katrina y Rita, mientras las petroleras registran beneficios récord. ExxonMobil obtuvo en el tercer trimestre unas ganacias de 9.920 millones de dólares (8.430 millones de euros), lo que representa un incremento del 75%. El alza fue mayor en el caso de ConocoPhillips, del 89%. Chevron vio subir su beneficio un 12%. En el caso de Shell, las incrementó un 32% y BP un 34%. En total, 33.000 millones de dólares.

"Existe la gran sospecha de que están tomando ventaja de las condiciones del mercado para, de forma injusta, incrementar sus ingresos", añadió el republicano por Nuevo México, Pete Domenici. Una de las ideas planteadas es destinar una parte de esas ganancias a financiar la reconstrucción de la zona devastada por los huracanes. Otra propuesta es aplicar un impuesto a esos beneficios, que representan el 10% de los ingresos de las petroleras, para financiar un fondo de asistencia a las familias pobres para la adquisición del combustible para calefacción.

Pero ninguna de estas iniciativas cuenta en este momento con mucha aceptación. Ante la complejidad de esta situación, Inouye pidió una "explicación honesta" a las petroleras. Lee Raymond, presidente ejecutivo de ExxonMobil, reconoció el problema que plantea al ciudadano el elevado precio de la energía, y dijo que la responsabilidad de las petroleras es "suministrar energía a un precio razonable". Sin embargo, explicó que el beneficio que obtiene el sector por cada dólar que ingresa está en línea con el de otros sectores. "Nos gustaría invertir más [exploración, producción y refino] si hubiera oportunidades atractivas", añadió David O'Reilly, presidente ejecutivo de Chevron, echando la pelota a la Casa Blanca.

Las petroleras consideran que Washington limita las opciones con sus políticas e insisten en que los problemas de los que adolece tradicionalmente el sector no pueden solucionarse a corto plazo, ni con arreglos improvisados. "Hacemos lo que podemos para expandir y diversificar los recursos", dijo James Mulva, presidente ejecutivo de ConocoPhillips. El sector advierte de que la reacción a fluctuaciones a corto plazo en el mercado petrolero pueden tener "consecuencias negativas" y "desincentivar" aún más la inversión en el mercado estadounidense. Además, recuerdan que el sector sufrió importantes daños tras los huracanes.