Mubarak ve amenazado su poder absoluto
"Es el mismo vino en nuevas botellas", desestima Ahmed Rozza en la modesta sede de su campaña electoral en el barrio cairota de Máser al Qadhima. Aún así, este sociólogo va a presentarse como independiente en las legislativas que empiezan hoy "para probar hasta qué punto se está produciendo un cambio político" en Egipto. Sólo los Hermanos Musulmanes amenazan el monopolio de poder del gobernante Partido Nacional Democrático (PND).
Más allá de la composición de la nueva Asamblea Nacional, cuyo control por el PND nadie duda, en esta ocasión se juega además la primera ronda de las presidenciales del 2011. La reforma de la Constitución aprobada el pasado mayo estipula que sólo los partidos que tengan un 5% de diputados podrán presentar candidatos a la más alta magistratura. Así, para participar en las primeras elecciones a las que previsiblemente no concurrirá Hosni Mubarak, los partidos necesitan obtener al menos 23 de los 444 escaños en liza (otros 10 son de designación presidencial).
Las calles de El Cairo están llenas de pancartas electorales, pero la mayoría de sus habitantes se muestran apáticos tras décadas de elecciones amañadas y promesas rotas. El movimiento pro democracia surgido el último año intenta despertar entusiasmo, pero le falta cohesión y llegar a las capas populares. La participación permitirá medir el efecto del nuevo clima político sobre los egipcios. En las presidenciales del pasado septiembre apenas alcanzó el 23% y ayer la Asociación de Jueces admitió que pudo ser menor. Precisamente, para garantizar la supervisión judicial de los comicios, estas legislativas van a celebrarse en tres fases (hoy, el 20 de noviembre y el 1 de diciembre) ya que no hay suficientes jueces. Si los candidatos no obtienen mayoría absoluta, habrá una segunda vuelta.
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