Árbitros incompetentes

La paciencia tiene un límite y, éste, pienso que ha sido ya rebasado por los árbitros españoles de Primera División. Se puede admitir que se equivoquen una y cien veces, es de humano errar. Pero es que ya no hablamos de eso, porque cuando su actuación se convierte en una persecución contra un equipo, con actitud chulesca, prepotente y consciente de lo que se está haciendo es injusto, eso no se puede achacar al capítulo de que "errar es de humano". El ejemplo claro lo tenemos en la actuación del madrileño Rubinos Pérez en el Betis-Villarreal del miércoles. El error, por ejemplo, es pitar el penalti que a juicio de todos no existió. Pero mandar a repetirlo sin justificación, porque lo paró el portero, es provocación. Provocación que trae como consecuencia dejar al Betis con nueve jugadores. ¿Quizá porque el próximo partido era con el Real Madrid? ¿A quién se le ocurre nombrar un árbitro del colegio madrileño cuando el siguiente partido es contra un equipo de Madrid? Propongo a los equipos de la Primera División que se planten ya y pidan al señor Villar árbitros de verdad. Con los casi 20 kilos que se llevan cada uno se podrían traer cada jornada árbitros ingleses o alemanes profesionales en lugar de estos "aficionados" a los que pagamos para que se carguen el espectáculo, sin respetar a las aficiones y jugando con los intereses de los clubes y las ilusiones de muchos.