"La policía actúa de manera brutal y discriminatoria"
Olivier Batista, de 42 años, padre dominicano y madre francesa, es director de la Maison du Quartier (asociación vecinal) de Clichy-sous-Bois, la población donde empezaron los disturbios, y especialista en política urbana en zonas problemáticas. "A veces me da la impresión de que estoy en Santo Domingo; hay niños que sólo comen una vez al día", asegura en una entrevista telefónica.
Pregunta. ¿Qué perfil tienen los jóvenes de esta revuelta?
Respuesta. Se caracterizan por haber salido del sistema escolar a temprana edad y por vivir una situación familiar de precariedad. Se sienten discriminados por su origen. Casi todos ellos tienen origen magrebí o subsahariano, pero entre los manifestantes también hay chavales de origen francés.
P. ¿Ha jugado algún papel el islam en la revuelta?
R. Un papel pacificador, lo que no quiere decir que los islamistas no vayan a pescar en río revuelto. Aquí, en Clichy, los líderes religiosos han conseguido, en buena parte, imponer la paz en el barrio, aunque ayer [la noche del domingo al lunes] ardiera el gimnasio.
P. ¿Hasta qué punto hay discriminación?
R. Claro que hay discriminación. Sobre todo en el empleo. Estos chavales, de entrada, tienen menos formación. Pero incluso cuando un joven de origen magrebí con una licenciatura se presenta para un trabajo, su petición es colocada por detrás de las de los franceses, y esto sucede también para empleos menores como conductor de camión. La discriminación está siempre presente. En las discotecas, por ejemplo, sistemáticamente se les prohíbe la entrada. Esto crea una frustración tremenda.
P. ¿Qué culpa tiene la policía?
R. La policía también discrimina y actúa de manera brutal. Con este Gobierno conservador se ha agravado. Entre la policía hay elementos muy brutales, que insultan a los jóvenes, los humillan constantemente. Hubo una época, con el Gobierno de Jospin, en la que había una policía de proximidad que jugaba al baloncesto con los chavales y eran conocidos. Esto se ha acabado. Ahora sólo hay represión. Los policías que vienen al barrio los traen desde provincias. No están preparados, los sueltan en la jungla urbana parisina y se comportan de forma brutal porque tienen miedo.
P. ¿Ve algún fin a la violencia?
R. Creo que será muy difícil acabar con esta revuelta sólo con represión y condenas. El Gobierno no entiende lo que está pasando y no puede negociar con nadie. El nivel de conciencia cívica de estos jóvenes es tan pobre que no hay manera de establecer unos valores mínimos. En los próximos días algunos serán detenidos, otros se apartarán de la violencia, pero quedará un núcleo duro, muy duro, y muy difícil de controlar; gente que ni siquiera tiene conciencia del peligro que corre, tipos que van a ir hasta el final y no me extrañaría que aumenten los ataques a la policía con armas, que haya enfrentamientos y acabe con un par de muertos. Por ahora se ha evitado.
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