Guipúzcoa necesitará 25 años para financiar sus autopistas con el peaje
Guipúzcoa va a necesitar 25 años para poder financiar con la recaudación de los peajes de la A-8 y la A-1 sus inversiones previstas en ambas autopistas, según reconoció ayer Nestor Arana, director de la Agencia Guipuzcoana de Infraestructuras, Bidegi. Lo más costoso de estas previsiones es construir el tercer carril a lo largo de la A-8, ya iniciado en el tramo Irún-San Sebastián que finaliza en diciembre, y la financiación de la A-1, aún en construcción.
Los ingresos por peajes previstos para este año suman 60 millones de euros. Si se deducen 25 millones de gasto corriente, arrojan una liquidez de 35 millones para la política de inversiones.Bidegi invertirá en las dos autopistas guipuzcoanas (la A-8 y la A-1) el próximo año un total de 195,3 millones de euros, una cantidad que supera el triple de lo que va a recaudar con los peajes a lo largo de este ejercicio, una cifra que, según las previsiones, alcanzará los 60 millones de euros. Estos datos, facilitados ayer por el director de Bidegi, Néstor Arana, dan una idea de la magnitud de las inversiones en los dos grandes ejes viarios provinciales.
Arana destacó que, tras haber dedicado los tres años iniciales a "adecuar" la A-8 para que pudiese ser utilizada de acuerdo a sus características -se ha renovado el firme en todo su recorrido guipuzcoano-, Bidegi se dedicará el año próximo a poner en marcha una etapa de grandes obras con el objeto de conseguir tener conformada en Guipúzcoa en 2009 una red de alta velocidad que pueda responder a las necesidades del tráfico.
Segundo cinturón
El principal proyecto que va a acometer Bidegi el año próximo será el segundo cinturon de San Sebastián, en el que tiene prevista una inversión de 45,1 millones sólo en 2006. La agencia planea licitar las obras antes de que finalice este año para poder iniciar en primavera la construcción del primer tramo, que discurrirá entre Oiartzun y Loiola, y cumplir con sus previsiones de tenerlo finalizado en Aritzeta en 2009.
Sus 16 kilómetros partirán de Oiartzun para seguir por Rentería y Astigarraga, donde enlazará con la autovía del Urumea. Desde ahí proseguirá hasta Lasarte, donde conectará a la altura de Aritzeta con la A-8. Este segundo cinturón absorberá la mitad de los 100.000 vehículos diarios que actualmente circulan por la variante de San Sebastián, uno de los principales puntos negros de las carreteras vascas. Su construcción no supondrá sólo una mejora cuantitativa, pues está previsto que por este segundo cinturón circulen los más de 40.000 vehículos pesados que a diario atraviesan la capital guipuzcoana procedentes de Europa.
Entre los otros proyectos de Bidegi para 2006 destaca también la construcción de los dos tramos finales de la Eibar-Vitoria (A-1), que la agencia pretende que esté operativa a comienzos de 2008. Para ello quiere seguir imprimiendo un fuerte ritmo a las obras, por lo que ha previsto invertir 130,7 millones sólo el año próximo. La inversión en el tramo Mondragón-Eskoriatza ascenderá a 55,6 millones, mientras que la del tramo Eskoriatza-Arlaban alcanza los 75,1.
También el próximo año comenzarán las obras del tercer carril de la A-8 entre Orio y Aritzeta, con un presupuesto de 12,2 millones. Y se licitarán las obras del desdoblamiento de Gaintxurizketa por 3,7 millones así como los trabajos del ramal Herrera-Intxaurrondo (1,8 millones) y la conexión con Hospitales por 1,2 millones. Igualmente están previstas inversiones en seguridad vial.
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