Israel advierte de que seguirá matando a militantes palestinos
Hamás promete venganza por el asesinato de uno de sus dirigentes
El asedio político al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, crece al compás de los asesinatos de militantes islamistas y de los atentados terroristas y lanzamientos de cohetes desde la franja de Gaza sobre tierra israelí. El ministro de Exteriores de Israel, Silvan Shalom, declaró ayer a la radio pública de su país: "Estamos en una guerra sin fin. La eliminación continuará hasta el día en que Abu Mazen ponga manos a la obra y desarme a los grupos terroristas".
Para nada servirán los eventuales acuerdos que la ANP pueda alcanzar con los movimientos fundamentalistas. Según aseguró el legislador palestino Ziad Abu Ziad, el Gobierno de Sharon ha rechazado un pacto con el de Abbas para interrumpir los asesinatos de los dirigentes de Hamás, Yihad Islámica y del brazo armado del partido de Abbas, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, a cambio de que los islamistas depongan las armas.
Un miembro del Gabinete israelí apuntó al diario Haaretz: "No pretendemos que dejen las armas. Queremos que sean capturados". Los gobernantes palestinos temen que esas detenciones pudieran desatar una guerra civil. Y es que los simpatizantes islamistas en Gaza guardan indisimulado resquemor, cuando no abierto rencor, hacia la élite gobernante, a la que responsabilizan de incontables casos de corrupción y de una brutal represión sobre los militantes fundamentalistas en los primeros años de mandato de la ANP.
Desde el bando palestino sufre estos días Abbas una presión en ascenso. Jefes de Hamás anunciaron ayer que vengarán el asesinato de un líder de las Brigadas Ezedin al Kasam, el brazo armado de la organización fundamentalista, y que se replantearán a final de año la vigencia de la tregua pactada con Abbas en febrero.
En su habitual lenguaje, un portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, declaró: "Nuestro pueblo tiene derecho a responder a los crímenes de Israel cometidos contra nuestros civiles y nuestros guerreros santos". Mientras la potente Hamás ha respetado en gran medida el alto el fuego desde hace nueve meses, Yihad Islámica ha reivindicado atentados suicidas en febrero, julio y octubre.
La violencia se ha disparado desde hace una semana. Las redadas de supuestos militantes palestinos han sido incesantes en los últimos meses. Pero la espoleta fue el atentado terrorista en la ciudad de Hadera ocho días atrás, en el que fallecieron cinco israelíes.
Desde entonces han perecido 13 palestinos, varios de ellos ajenos al mundo de las milicias. Y ayer murió tiroteado, también en las proximidades de Yenín, el primer uniformado judío desde que el Estado hebreo se retirara de Gaza el 12 de septiembre. Por la tarde, desde Gaza, las milicias radicales lanzaron tres proyectiles sobre un pueblo y una ciudad próximos a la franja. Una persona resultó herida leve.
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