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Moussa Touré filma la "incomunicación" entre catalanes y africanos

El director senegalés rueda un documental sobre inmigración en la Sant Feliu de Codines

"¿Qué sabe usted de África?". "Que pasan hambre, que hay muchos animales y selva, y que viven en casas de barro". "¿Qué es para usted un catalán?". " Son complicados, lo ven todo muy enmarañado, ni siquiera saben cómo definirse a sí mismos. Nos temen". A la primera pregunta ha respondido una mujer en un casal d'avis de Sant Feliu de Codines (Vallès Oriental). El que contesta a la segunda cuestión es un joven de Malí, Mamady. Y quien pregunta, siempre con una cámara, es un director senegalés, Moussa Touré, que filma en la pequeña población vallesana un documental sobre la incomunicación entre catalanes y africanos.

Moussa Touré, que ha trabajado con los directores franceses François Truffaut y Bertrand Tavernier, y ha dirigido películas de ficción (TGV) y documentales (Poussière de ville y Cinq X cinq), rueda en este pueblo catalán un documental sobre inmigración titulado Cara a cara que quiere retratar la incomunicación entre una comunidad de jóvenes procedentes de Malí y la población autóctona. Explicar con imágenes la incomunicación no es, en opinión Touré, complicado. "Sólo hay que mirar la plaza del pueblo, en un banco se sientan los africanos, en el otro, los abuelos, los jóvenes pasan y nunca se paran". Y las ventanas y puertas, señala el director, "siempre están cerradas".

Cámara en mano, Touré no deja de preguntar. Los escenarios van cambiando: el bar de "los africanos, el de los intelectuales, el de los burgueses", el casal d'avis, la farmacia del pueblo, la panadería... Es la primera parte; en la segunda, las dos comunidades se van a encontrar en diversos lugares para "dialogar". "Se trata de ver el miedo al otro que hay por puro desconocimiento", subraya Touré. Es el "pueblo el que habla, sin intermediarios". Tras días de rodaje, el director confiesa que lo que más le ha sorprendido es "lo mucho en común que tienen los africanos de Malí y los catalanes. Son dos culturas muy cerradas y orgullosas de sus tradiciones". "Cuando vi un correfoc, me vinieron escalofríos. Pensé que no me hallaba tan lejos de África", afirma.

¿Cómo un director senegalés ha acabado rodando un documental en un pueblo, Sant Feliu de Codines, que muchos catalanes ni sabrían situar en el mapa? "Una amiga, Genoveva, me invitó a visitar el mercado de este pueblo, acudí y vi que la gente no se hablaba; además, es un pueblo muy cinematográfico". Lo que enamoró a Touré fue la luz, las calles sinuosas y silenciosas, los viejos muros, las ventanas cerradas, la calma de este pueblo cercano a Sant Miquel del Fai. En el documental hay jóvenes y viejos. Los más "abiertos son los viejos, los jóvenes tienen una cultura más individualista", opina el director. "El otro día, en un bar, les pedí a un grupo de catalanes jóvenes que fueran a hablar con los africanos de una mesa próxima. No fueron. cuando unos jóvenes son tan tímidos es que pasa algo grave", advirte el cineasta.

Uno de los participantes en el documental es Séagwa Kanonté, de 24 años. Llegó a Sant Feliu de Codines, procedente de Malí, hace ya un año. Está contento porque con el documental está conociendo a gente. "Gracias al rodaje, por primera vez he hablado con un catalán, y me he sorprendido porque pensaba que no nos tenían en cuenta".

Moussa Touré, siempre con el testimonio de la cámara, les dará la oportunidad de hablar a unos y otros. A juzgar por su filmografía, el documental que graba tendrá un tono crítico, pero teñido de sentido del humor. La película, que constituye la primera coproducción catalano-senegalesa, se estrenará a mediados del próximo año. Los socios son Ull Anònim y Films du Crocodrile.

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