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Entrevista:AYAAN HIRSI ALI | Diputada en el Parlamento holandés por el Partido Liberal (VVD)

El látigo del fundamentalismo islámico

La diputada holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali (Somalia, 1969) vive desde hace un año bajo medidas extremas de seguridad. "Incluso me acompañan los guardias cuando me lavo las manos", asegura. El 2 de noviembre de 2004, el cineasta holandés Theo van Gogh fue asesinado en Amsterdam por Mohamed Bouyeri, un joven fundamentalista islámico de origen magrebí nacido en Holanda. Junto a su cuerpo, el homicida clavó una misiva en la que se aseguraba que Ayaan Hirsi Ali, que había profesado la religión mussulmana, sería "la siguiente de la lista". Van Gogh, descendiente del famoso pintor, y la diputada habían realizado el cortometraje Submission, que denunciaba "la crueldad que sufren muchas mujeres en nombre de Dios", explica.

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Ayaan Hirsi Ali es "la voz la voz de las mujeres sometidas, de las víctimas de maltratos y, especialmente, de las mujeres amenazadas" en el Parlamento holandés, asegura la ex diputada de Convergència i Unió (CiU) Joaquima Alemany en la entrega del Premio Libertad. Este galardón lo concede la Asociación de Mujeres por la Libertad y la Democracia, presidida por Alemany.

"No me arrepiento de haber escrito Submission, pero sí de la muerte de Theo van Gogh", confiesa esta mujer, que a los 23 años solicitó asilo político en Holanda porque su familia quería obligarla a casarse con un hombre al que no conocía. Ya en Europa, trabajó en una fábrica de galletas, estudió en la Universidad, trabajó como intérprete y desde 2003 es diputada en el Parlamento holandés por el Partido Liberal (VVD). La revista Time la incorporó a la lista de las 100 personas más influyentes de todo el mundo.

Las ideas de Ayaan Hirsi Ali generan admiración, pero también reticencias, sobre todo sus afirmaciones sobre la religión islámica. "Sólo si el islam es reformado será compatible con la democracia", ya que "se hacen prácticas crueles y terribles contra las mujeres apelando a la religón", denuncia.

"En Europa, si eres católico y decides no ser practicante, puedes hacerlo, nadie te dirá nada. Si eres protestante y decides ser ateo, nadie te dirá nada", comenta. En cambio, asegura que en el mundo islámico esto no es posible. "Los fundamentalistas te considerarán apóstata y te querrán eliminar físicamente", asegura. "Yo no soy musulmana practicante, no rezo cinco veces al día ni sigo todos los preceptos del Corán, aunque culturalmente me considero musulmana", añade. "En Europa hemos aprendido la lección de la tolerancia. Ya no hay Inquisión, ni guerras de religión. Ahora toca incorporar este espíritu al mundo islámico. Renovar el islam es difícil, pero no imposible", concluye, y "derechos como el de libertad de conciencia y a cambiar de religión tienen que se aceptados por todos, también por los inmigrantes musulmanes".

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Ayaan Hirsi Ali es portavoz en el Parlamento holandés especializada en integración y emancipación de los inmigrantes. "Quiero romper los tabúes que existen sobre la inmigración", señala, y propone que todos los estados de la Unión Europea "consensúen" sus políticas sobre inmigración para luchar contra los inmigrantes ilegales y las mafias, impulsar la contratación en origen y favorecer el desarrollo en los países subdesarrollados. Y sobre todo, "luchar para que la sociedad no discrimine a los inmigrantes" y "evitar la formación de guetos: barrios, escuelas o empleos sólo para inmigrantes". Sólo así "se conseguirá plantar cara a la ultraderecha", afirma.

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