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Entrevista:LEOPOLDO AMIGO

"A la música del futuro no se le hace ni caso"

Miquel Alberola

Pregunta. ¿Cómo se puede definir lo que hace?

Respuesta. Es una prolongación de la música clásica, que en un punto pasa de la mera experimentación con ritmos y melodías a experimentar con el timbre, que es el color de la música. Hasta que no se inventaron los primeros ordenadores, sintetizadores o instrumentos eléctricos no se pudo trabajar con ello.

P. Una prolongación, no una distorsión.

R. Una evolución lógica, porque la música en mayúscula siempre se ha utilizado como un lenguaje filosófico, esto evoluciona en sí mismo en tanto y en cuanto tiene una serie de herramientas que se lo permiten. Si antes no podíamos para nada trabajar el mundo del timbre porque antes el timbre de un violín sonaba violín, ahora puedes coger el sonido del violín y trabajarlo por dentro, buscar sonidos que en muchos casos no existían. A partir del invento de la grabación se ve la posibilidad de manipular la parte sonora: la puedes tocar, retorcer, estirar, recortar... Esas posibilidades dan la creación de un nuevo lenguaje de electroacústica.

P. ¿Qué le llevó ahí?

R. Hay muchas circuntancias. Una de ellas es que estaba en Cuenca cuando se fundó el Laboratorio de Música Electroacústica, y entré a trabajar de técnico con Luis de Pablo, Horacio Bayone... Ese trabajo con esos compositores punteros me impactó y me hizo que me pusiera a investigar para adquirir una formación sólida como compositor. Luego, la aparición de los ordenadores y la posibilidad que daban hizo el resto.

P. ¿El ordenador ha cambiado la música?

R. Frente a la máquina lo único que te limita es tu propia imaginación porque ella te puede dar muchas posibilidades. La máquina te permite ir un poco más allá, pero no inventa nada. La tecnología no manda sobre la creación.

P. ¿Qué instrumentos intervienen en su proceso creativo?

R. Básicamente, trabajo mucho con sonidos grabados. Parto de una pequeña porción de música grabada y a partir de ahí empiezo a deconstruir el sonido para lograr todo el universo sonoro que quiero lograr.

P. ¿Dónde se puede escuchar su música?

R. Hay un problema muy agudizado en la Comunidad Valenciana y es que lo que no vende no vale y por tanto no se hace. Aquí se gasta mucho dinero en tributo a la música del pasado pero a la música del futuro no se le hace ni caso. Se piensa que la música del futuro es un dj pinchando en una discoteca o haciendo música electrónica con planteamientos barrocos. Entonces, hago conciertos donde me dejan. Hace poco hicimos uno en la galería Charpa de Valencia.

P. El concierto de los alquimistas.

R. Sí, la actual sociedad está muy desvestida de espiritualidad y me interesa más lo espiritual que lo material. Era jugar un poco con la síntesis aérea, que es lo que había hecho Ravel con el Bolero. Pones a tocar varios instrumentos y según juegues con el volumen se produce por adición un instrumento que no está, pero que suena. Esa suma me pareció muy atractiva y jugué con el clarinete y el theremín, un instrumento eléctrico que mediante la aproximación de un cuerpo produce unas series armónicas muy puras. La obra es un estudio de los distintos sonidos que intervienen en un viaje imaginario a través del tiempo y el espacio, un viaje dentro de los símbolos alquímicos y de sus connotaciones, la unión del sol y la luna para la obtención de la piedra filosofal, la materia que lo transformaba todo en oro, pero en realidad la unión del hombre y la mujer para obtener el ser andrógeno que combina los poderes y virtudes de ambos sexos.

EN DOS TRAZOS

Leopoldo Amigo (Cuenca, 1956) es profesor de talleres de arte sonoro en la Universidad Politécnica de Valencia y del Laboratorio de Electroacústica del Conservatorio Superior de Música de Valencia. Es un compositor anticipado -su música elimina al intérprete y su partitura es el CD- con gran experiencia como técnico de sonido. Dirigió un concierto de cacerolas frente al Congreso de los Diputados contra la prolongación de Blasco Ibáñez y otro de besos con alumnos de Bellas Artes con motivo del Día Internacional contra el Sida. Ahora tiene una instalación en la muestra 'Cabanyal, portes obertes' donde da idea de la memoria perdida inmediatamente.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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