Fase de correcciones
Los mercados de valores europeos sufrieron ayer otro retroceso espectacular sin que las variables de fondo hayan registrado ajustes importantes.
La persistente debilidad de la economía y la amenaza de una subida de los tipos de interés volvían a ser los argumentos que manejaban los inversores, con escasa convicción, mientras que en el capítulo de los resultados empresariales se empieza a prestar más atención a los negativos que a aquellos que cumplen o superan las expectativas.
El Ibex 35 cayó el 1,38%, para cerrar en 10.328,60 puntos, 40 puntos por debajo del nivel en que quedó el pasado viernes, lo que abre la puerta de par en par a todo tipo de temores sobre la solidez del soporte más próximo, en torno a los 10.200 puntos, una vez comprobada la debilidad del soporte correspondiente a 10.500.
Con los movimientos de los últimos días -descenso hasta los 10.368 puntos, recuperación hasta los 10.534 y nueva caída hasta los 10.328- se confirma la entrada de la Bolsa en una fase de volatilidad extrema que pondrá a prueba los nervios de los inversores.
Los descensos del resto de los mercados de valores de la eurozona se acercaron, e incluso superaron, el 2%, como fue el caso de la Bolsa de Milán, que cayó el 2,21%. Francfort perdió el 1,93% y París el 1,73%, mientras que la Bolsa de Londres cedía el 0,86%.
La evolución de los tipos de interés en el mercado secundario de deuda, con una subida de 18 centésimas en la rentabilidad del bono a 10 años en sólo cuatro días, apunta hacia esa subida de los tipos de interés que temen los inversores, pero que todos los analistas relegan a mediados del año próximo debido a la debilidad del crecimiento económico.
La contratación en el Mercado Continuo descendió hasta los 3.507,45 millones de euros, con 2.622,09 millones en operaciones "abiertas" y otra vez con el Banco SCH como protagonista destacado.
En el exterior destacaban algunos malos resultados empresariales en Estados Unidos y el descenso del 2,1% registrado por los pedidos de bienes duraderos en septiembre, un dato que sorprendió al mercado y que contribuyó a enturbiar un poco más el ya apagado ambiente de los mercados europeos.