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OPERACIÓN CAMPAMENTO

Túneles para entrar en Madrid por la A-5

El Ayuntamiento planea nuevos subterráneos para enterrar el tráfico desde Campamento a la M-30

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha encargado una nueva obra que permita poner en marcha la Operación Campamento -la demolición de los antiguos cuarteles para edificar allí 11.000 viviendas-. El Plan General de Urbanismo obliga al Ayuntamiento a realizar las infraestructuras del nuevo barrio. El objetivo es que el tráfico procedente de la A-5 (autovía de Extremadura) pueda entrar en la capital bajo tierra, sin tener que hacerlo en superficie por el paseo de Extremadura. Los técnicos han hallado la solución: hacer un túnel bajo el futuro barrio y otro, de cuatro kilómetros, desde el final de Campamento hasta enlazar con la M-30 junto al estadio Vicente Calderón. La obra se realizaría en un hipotético segundo mandato del PP.

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El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid contempla en la Operación Campamento dos ámbitos: el APR 10.02 (que es el que ocupan los viejos cuarteles de Defensa) y el UNP 4.07, que es un enorme descampado denominado técnicamente Remate Suroeste Campamento. Una extensión aproximada de 900 hectáreas.

El Consejo de Ministros desbloqueó el pasado 21 de enero la Operación Campamento, un proyecto que estaba paralizado desde hacía 15 años y por el que se ceden a la ciudad los terrenos que el Ministerio de Defensa tiene junto a la carretera de Extremadura para construir un barrio con una extensión de 900 hectáreas. "Es la operación más importante de esta legislatura", afirmó entonces la vicepresidenta del Gobierno central, María Teresa Fernández de la Vega. El barrio se creará en dos fases, y en la primera está previsto construir 10.700 viviendas (un 70%, de precio protegido) en un terreno de 211 hectáreas.

El 25 de enero, Gallardón firmó un protocolo de actuación en la Operación Campamento, junto al ministro de Defensa, José Bono, y la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo. En ese convenio se establecían las bases para el desarrollo urbanístico del inmenso solar de Defensa, teniendo en cuenta que supone el cierre del suroeste de la capital y que para ello es preciso desarrollar las infraestructuras generales y supramunicipales. Esta zona es atravesada actualmente por miles de vehículos que entran y salen de la capital a través de la A-5 (autovía de Extremadura).

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La cláusula 5ª del protocolo firmado por Ruiz-Gallardón y Bono establece que el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Defensa se comprometen a suscribir un convenio que será incorporado a la tramitación del plan parcial de reforma del Plan General de Ordenación Urbana. Ese convenio deberá especificar las infraestructuras a realizar en el espacio de la Operación Campamento, así como otros aspectos referentes a las dotaciones y equipamientos públicos que requerirá el nuevo barrio resultante de la liberación del suelo de Defensa.

Mañana, viernes, está prevista una reunión de técnicos de Defensa y del Ayuntamiento para ultimar dicho convenio, que después habrá de ser rubricado por el ministro y el alcalde. Según han señalado fuentes de ambas instituciones, "las conversaciones van por muy buen camino" y todo hace prever que, tras 15 años de parálisis, al fin se pondrá en marcha la Operación Campamento.

En los contactos que ya han mantenido los responsables de Defensa con los de la Concejalía de Urbanismo, el Ayuntamiento de Madrid ha expuesto a aquéllos las posibles soluciones a los problemas de tráfico que generará en el futuro la existencia de miles de viviendas en la zona que hoy ocupan los viejos cuarteles o en el descampado.

Así, en la zona donde están los acuartelamientos, la propuesta municipal consiste en hacer un túnel para soterrar los miles de coches (unos 140.000 cada día) que, procedentes de Alcorcón, Móstoles y otros municipios, entran y salen de Madrid a través de la autovía de Extremadura. Este subterráneo discurriría desde la M-40 hasta el enlace con la carretera de Boadilla, en las proximidades de El Batán. En este punto, los técnicos municipales proponen hacer un segundo túnel -de unos cuatro kilómetros de longitud- que llevaría el torrente de coches bajo la llamada Cuña Verde Latina hasta la M-30, en concreto hasta las inmediaciones del estadio Vicente Calderón.

Este túnel supondría una revolución en los movimientos de tráfico de esta zona de la capital, porque evitaría a miles de automovilistas tener que acceder a la capital a través de la avenida de Portugal, como sucede en la actualidad. Además, los vehículos ya se incorporarían directamente a la M-30, sin causar molestias a los vecinos puesto que no lo harían en superficie, sino bajo tierra.

El impulso de Zapatero

El proyecto del túnel bajo la Cuña Verde Latina ha surgido para dar respuesta a la obligación que impone el Plan General de Urbanismo de crear las infraestructuras que obligatoriamente requerirá la puesta en marcha de la Operación Campamento. La decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y de su ministro José Bono de hacer realidad -¡por fin!- esta vieja idea urbanística ha obligado al equipo de Ruiz-Gallardón a afrontar estas exigencias.

Tras el protocolo firmado el pasado enero entre el ministro Bono y el alcalde, éste encargó a los técnicos de la Concejalía de Urbanismo que estudiaran cómo enlazar la nueva vía subterránea de Campamento con la M-30. Los responsables de la concejalía consideran que es factible enlazar esta autovía urbana con el nuevo túnel que arrancará desde las proximidades de El Batán, para lo cual ya tienen previstas las modificaciones que tendrán que realizar en la zona de la M-30 próxima al estadio Vicente Calderón. La orden de Gallardón es que dejen todo preparado para que en el futuro no sea preciso modificar la M-30, cuya remodelación debe quedar terminada antes de que finalice el mandato de Gallardón (en 2007).

Aparte de los dos túneles -el que serviría para soterrar la A-5 a su paso por Campamento y el que enlazaría esta carretera con la M-30-, los técnicos municipales consideran necesario hacer una variante de la A-5 al norte de su actual trazado, que discurriría entre la M-40 y la carretera de Boadilla del Monte. El proyecto, que sólo está esbozado en sus aspectos técnicos, tendría un coste aproximado de 615 millones de euros: el 50% sería costeado por el Ministerio de Defensa y el otro 50% correría a cargo del Ayuntamiento de Madrid, según fuentes conocedoras de la operación.

Si las conversaciones entre Defensa y el Ayuntamiento culminan en breve, eso permitirá que Gallardón y Bono firmen el convenio contemplado en el protocolo suscrito el pasado enero entre ambas instituciones. Después, el Consistorio aceleraría la aprobación del plan parcial de urbanismo relativo a la Operación Campamento. Y esto permitiría a Bono comenzar la demolición de los viejos cuarteles.

Beneficios millonarios

La venta de los terrenos de la Operación Campamento reportará al Ministerio de Defensa pingües beneficios. Unos 830 millones de euros, según estiman técnicos urbanísticos. Unos 380 millones, según dijo el pasado mayo la presidenta regional, Esperanza Aguirre.

Pero tanto Defensa como el Ayuntamiento aseguran que no se van a lucrar, sino que los ingresos servirán para financiar la construcción de viviendas y nuevos cuarteles. "No va a haber ni un duro de beneficio para el Ayuntamiento", dijo en enero el alcalde. Y el ministro Bono remachó con un explícito: "Amén".

El nuevo barrio se creará en dos fases. En la primera, el Gobierno central prevé construir 10.700 viviendas, de las que 7.000 tendrán un precio inferior al de mercado. A ésas se sumarán otras 1.200 que hará el Ayuntamiento, que renunciará a vender el 10% de superficie que le corresponde y destinará esos solares a edificar viviendas de protección.

La Comunidad levantará 2.000 casas para jóvenes en virtud del convenio firmado el pasado mayo entre Bono y la presidenta. Los pisos estarán en un terreno por el que la Comunidad pagará 33,6 millones. Además, Aguirre se ha comprometido a construir dos estaciones de metro y un intercambiador en el nuevo barrio, en el que vivirán unos 50.000 vecinos.

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